Desde hace tres días, una boca de visita abierta deja escapar un río de aguas putrefactas en plena vía a Gallo Verde, al costado de la sede de Polimaracaibo ubicada en la antigua Atagro.
Justo entrando desde la Circunvalación 1 se aprecia el bote de aguas residuales. El mal olor y la incesante corriente residual generan molestias a los vecinos, peatones y conductores.
DC/Panorama