De la gloria al fracaso: Las claves del declive de la Vinotinto
La selección nacional está al borde de la eliminación. Con solo un partido por delante, el sueño mundialista está a punto de quedar nuevamente en el pasado.
Hasta hace poco la Vinotinto se encontraba en una posición privilegiada: era quinta con 15 unidades, empatada con Chile (cuarta) en puntos, pero con menor diferencia de goles, y a seis puntos de una Colombia (tercera) que acababa de ser vencida, por la mínima, por los guerreros criollos en la jornada 12, sin contar que el próximo partido sería en La Paz ante Bolivia y una victoria podría significar concretar el amarre de la cuarta posición, una de acceso directo al Mundial.
Muchos comenzaron a pensar en hacer maletas y a practicar su portugués. Brasil se veía más cerca que nunca, pero las cosas cambiaron para peor en ese partido ante Bolivia y en las dos jornadas posteriores: Venezuela se dejó “robar” dos puntos en la altura de La Paz con un empate 1-1 en el 89’, cayó ante Uruguay, en Puerto La Cruz, con un 1-0 y, luego, fue arrollada por Chile con un soberbio 3-0.
Aunque venció 3-2 a Perú el pasado 10 de septiembre, en el penúltimo encuentro premundialista, el daño ya estaba hecho.
De rozar el cielo, a caminar nuevamente sobre la tierra
En lo teórico, todo dejaba prever la escalada vinotinto. Una situación, hasta el momento, inmejorable –principalmente por lo ya mencionado-; un posicionamiento táctico, liderado línea por línea, por Oswaldo Vizcarrondo, Tomás Rincón, Juan Arango y José Salomón Rondón; y un once inyectado con la juventud y velocidad de Dani Hernández, Yohandry Orozco y Luis Manuel Seijas. El problema vino, más que todo, en lo práctico.
Aunque la defensa se ha establecido como la cuarta mejor de Sudamérica al permitir 19 goles en 15 partidos, la Vinotinto es el equipo con menos anotaciones en todo el torneo (13). Inclusive, con dos tantos menos que Paraguay, último de la clasificación, lo que ha dejado una diferencia de -6. El problema claro es que no se marcan goles. Algo extraño al contar con delanteros de la calidad de ‘Salo’, ‘Miku’ Fedor y Aristiguieta, sin mencionar a una de las mejores parejas de pasadores de la historia venezolana como César ‘Maestrico’ González y Juan Arango.
Obviamente, todo rival tiene un esquema defensivo diferente que, de una manera u otra, busca el mismo objetivo: neutralizar el ataque de su contraparte. Sin embargo, esto no es excusa para la baja cifra de goles a favor de Venezuela. La falta de goles no es a causa de los rivales –no enteramente- y tampoco de los delanteros o los mediocampistas encargados de asistir a sus compañeros, sino del mismo esquema de ataque.
A aprovechar el potencial ofensivo
El timonel criollo, César Farías, ha mantenido un 4-4-2 durante gran parte de las eliminatorias, variándolo en ocasiones con el 4-2-3-1 que, al momento de defender, se convierte en un 4-5-1, pero que no permite aprovechar el potencial ofensivo del equipo.
Aunque no se puede negar que bajo el mando del sucrense es que se ha llegado a topes nunca antes alcanzados por Venezuela, tal y como ocurrió en la Copa América Argentina 2011, donde se logró el cuarto lugar, Farías ha convertido a la defensa en prioridad sacrificando la posibilidad de ofrecer una ofensiva constante que permita beneficiarse del potencial de los atacantes criollos, a quienes solo parecen llegarles balones aéreos o pases a distancia.
De hecho, de los 13 goles en las eliminatorias, cuatro han sido de cabeza, repartidos entre ‘Vizca’, Amorebieta, Arango y ‘Salo’.
Aun así, no hay llegadas de a toques, remates al arco ni ataques frontales. Por lo menos, no suficientes, y se está dependiendo mucho de las pocas individualidades que puedan ver frutos sobre el césped, así como de la pelota parada, donde cada tiro libre es cobrado por la ‘Zurda de Oro’ de Juan Arango.
Por este sistema es que no se sacó la victoria en Bolivia, una que se hubiese convertido en la clave de la selección para estas eliminatorias en lugar de un karma que parece que será arrastrado hasta el pitazo inicial del próximo torneo.
En La Paz no se debió tratar de mantener el 1-0 logrado al 58’ por Juan Arango. Debió apostarse por un fútbol ofensivo, de toque, que permitiera que el balón llegara a los pies de ‘Salo’ o Amorebieta y así firmar un 2-0 o un 3-0 que impidiera que el tanto de Jhasmay Campo, al 89’, robara dos valiosos puntos a un equipo que venía de derrotar a Colombia, hoy segundo de la clasificación.
La misma historia pudo haber sucedido en el partido que le siguió al de Bolivia. Uruguay había arrancado el partido ante la Vinotinto con un 1-0 marcado al 27’ por Edinson Cavani, pero quedaba mucho tiempo por delante para sacar, cuanto menos, un empate. Sin embargo, la apuesta siguió siendo a la defensiva, esperando por algún error de la ‘Celeste’ que permitiera la igualada.
La defensa se mantuvo correctamente, pero la ofensiva de balonazos a los delanteros criollos y centros al área que difícilmente se les ganaría a los centrales uruguayos Godín y Lugano, conocidos por su estatura y versatilidad en el juego aéreo, no rindió frutos y no solo se perdieron tres puntos ante un rival, sino ante el más directo de los rivales de la selección venezolana, los actuales ocupantes de la quinta posición.
Se desvanece el sueño Vinotinto
Estos dos partidos parecen definir la historia de Venezuela en la segunda mitad de las eliminatorias, pero la apuesta defensiva y la falta de aprovechamiento de la capacidad ofensiva de los jugadores vinotinto es lo que está determinando la casi inminente eliminación de César Farías y los suyos.
Quizás, llegó la hora de replantear estrategias, redefinir estilos y fortalecer la base que ha dejado el DT venezolano. Sin duda, la evolución de una selección que, hasta hace poco, era considerada la ‘Cenicienta’ de cada torneo o partido que disputara, ha sido impresionante.
Farías ha dado nuevas piernas al equipo –no por menos se ha visto a un Orozco, un Rosales y un Seijas aferrándose a cada convocatoria-, nuevos aires y muchas ilusiones. Solo falta mejorar y concretar, porque todos sabemos que es hora de ver una Vinotinto mundialista.
Luis Santander/@santander205
Agencia (Fotos)