La Policía fue alertada por el llamado de un vecino que detectó movimientos sospechosos en la vivienda ubicada en Lugones 950 de Quilmes.
Las fuerzas policiales se presentaron en el lugar, donde el dueño los hizo pasar. En el garage encontraron dos ataúdes de chapa sellados, y ambos tenían cuerpos en su interior.
La explicación que dio el hombre fue que su funeraria se había inundado y por eso los había llevado allí, ya que para ambos estaba esperando la autorización judicial para que fueran incinerado.
El jefe policial definió como “extraña situación” al hecho, y dio aviso al fiscal de turno de Quilmes, Andrés Nieva Woodgate, quien dispuso que los cuerpos fueran llevados a la morgue judicial para efectuarles la correspondiente autopsia y determinar los causales de muerte.
En principio, el fiscal no determinó la detención del hombre, que tiene su funeraria en Gerli, Avellaneda, pero le ordenó que presente toda la documentación correspondiente a esos cadáveres.
DC/Cronica