Lucas es un niño de 12 años de edad que estudia 1º de la ESO en un colegio público de Alcalá de Henares, Madrid. Él y otro compañero, Guillermo, han escrito una carta que han enviado al diario El País y en ella explica que cursa Medidas de Atención Educativa (MAE), la alternativa a religión, y se queja de la discriminación según la materia que se elija.
”Los niños que van a religión hacen excursiones sin nosotros (…) y no sólo eso. Además ven películas, van a ordenadores, a jugar al paintball (guerra de bolas de pintura), piragüismo, al teatro, al cine… Mientras tanto, nosotros estamos en clase haciendo deberes y dibujando (…) Creemos que es un”soborno” de la iglesia para que los niños se apunten a religión y elijan el catolicismo. Lo hacen para que se apunten y que la religión no se extinga del colegio”.
En la carta también se preguntan:”¿Qué tiene que ver el paintball con la religión (no creo que disparen avemarías)? ¿Qué tiene que ver con el piragüismo? ¿La película 300 tiene más que ver con la Iglesia o con un acontecimiento histórico?”.
Lucas acaba la carta pidiendo que los de MAE al menos tengan alguna excursión. Esta es la carta completa:
María Rodríguez, la madre de Lucas, explicó que su hijo tuvo la idea de escribir la carta al inicio del curso, cuando vio cómo funcionaba la asignatura de religión. Afirma que no es un problema específico de su instituto, dado que en el colegio anterior sucedía lo mismo.
«Como estaba tan enfadado, le dije que escribiera una carta porque en la vida hay que luchar por lo que sientes. La escribió en el instituto junto con un amigo y yo he tardado unos días en enviarla». María recalca que ningún adulto la supervisó y que no está «ni dictada ni condicionada».
«Durante la clase en MAE lo que hacen es leer o dibujar. Hay una profesora con ellos, pero no es una clase con contenido pedagógico alguno», lamenta María. Por eso, Lucas aspira a que su carta represente el primer paso para terminar con la discriminación en su instituto.
Mariflor Rivero/ MiBrújula.es