Uli Hoeness, presidente del Bayern Múnich, pasará por tribunales de la misma manera que lo ha hecho la estrella del FC Barcelona, Lionel Messi. Y sí, también por los mismos motivos.
Este lunes, la corte del distrito en Múnich, confirmó que el máximo mandatario del club bávaro se sentará en el banquillo de los acusados el 10 de marzo del próximo año para defenderse de las acusaciones de evación fiscal que, desde hace meses, sacude el fútbol alemán.
Hoeness presentó en enero una «autodenuncia» fiscal admitiendo haber ocultado beneficios de capital de una cuenta en Suiza en la que llegó a tener 20 millones de euros (unos 26 millones de dólares). Desde entonces era investigado por las autoridades.
El caso causó un gran revuelo en Alemania, donde el directivo estaba considerado una autoridad moral y tenía numerosos contactos también en el mundo político y empresarial. Incluso la canciller Angela Merkel se mostró «decepcionda» por Hoeness.
«Hice un enorme desastre, pero no soy una mala persona», se defendió el presidente del Bayern ante el estallido del escándalo.
Hoeness es también una figura estrechamente unida a la historia del Bayern Múnich, en el que fue jugador y mánager general antes de convertirse en presidente en 2009.
El 6 de mayo ofreció dejar su cargo como jefe del consejo de vigilancia, pero el órgano formado por nueve miembros rechazó la renuncia hasta que las autoridades resolvieran el caso.
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