«Quiero tener un perro nuevo». Estas fueron las primeras palabras de un excursionista que se vio obligado a comer a su mascota para sobrevivir en una zona remota de Canadá después de ser atacado por un oso.
Marco Lavoine se disponía a pasar varios días en medio de la naturaleza, a unas 500 millas de Montreal, con la intención de dirigirse al desierto de Nottaway, acompañado tan solo de su perro. Pero nada más comenzar su excursión, cuando se encontraba junto al lago Matagami, fue atacado por un oso que le dejó sin suministros y destrozó su canoa. Perdido durante más de tres meses, herido e incapacitado para poder cazar, no le quedó más remedio que matar a su mascota con una piedra para poder alimentarse, reseñó el diario ABC.
Tres días más tarde, el pasado 30 de octubre, fue encontrado por los miembros de un equipo de rescate, cuando ya estaba al borde de la muerte.
Había perdido 40 kilos y sufría de hipotermia. En la actualidad se encuentra en estado crítico en un hospital en Quebec, al que fue trasladado en helicóptero tras ser localizado. Según un portavoz del centro donde permanece internado, las primeras palabras de Marco fueron «quiero comprar un perro nuevo».
Los médicos creen que el haber sacrificado a su mascota para alimentarse ha sido clave para continuar con vida, aunque esperan que siga internado en el hospital durante un mínimo de dos semanas.
DC/Panorama