Los gritos de Andreína Ferrer rompieron el silencio que había en la morgue de la facultad de medicina. Eran pasadas las 10.00 de la mañana cuando los efectivos de la Policía científica ingresaron el cadáver de Adrian José Ferrer Ferrer (28). “¡Mi hermano no. Mi hermano no!”, gritaba la mujer desconsolada.Andreína no solo tuvo que ver el cuerpo inerte de su hermano a la llegada de la morgue forense, sino que también compartió con él sus últimos momentos de vida, antes de que el dueño de un puesto de comida rápida la asestara una mortal puñalada en el intercostal, que le costó la vida. El hecho ocurrió en el barrio 23 de Marzo, parroquia Ildefonso Vásquez.
Los familiares del joven relataron que él y Andreína caminaron un par de cuadras para ir a comprar la cena. Una vez en el puesto pidieron precios de los productos que les ofrecían. La víctima sacó cuentas y realizó la orden. Los hermanos se sentaron a comer en el sitio y pidieron la comida del resto de la familia para llevar.
En la cabeza de Adrian había una cifra a pagar, pero “El Pelón”, quien es el dueño del establecimiento le cobró otro monto. Ferrer le reclamó que le estaba cobrado de más, y así se originó la discusión.
“Vete para la casa y le llevas la comida a los muchachos”, le dijo el infortunado a su hermana. Ella tomó el paquete y se fue. Mientras Andreína se alejaba, su familia siguió molesto y reclamó una vez más la diferencia de precios.
Testigos indicaron que Ferrer golpeó las mesas y las sillas, y “El Pelón” indignado le hizo frente con el mismo cuchillo con el que preparaba los alimentos que vendía.
Al joven lo llevaron a la emergencia del Hospital Adolfo Pons, pero no resistió, y murió en el camino. A “El Pelón”, lo detuvieron horas más tarde funcionarios policiales.
La víctima trabajaba como albañil en el ramo de la construcción, estaba casado y dejó tres hijos en la orfandad.
Nilsa Sarmiento/ @DiarioContraste