Un día después de haber decretado la emergencia energética en Buenos Aires, funcionarios locales y nacionales acordaron hoy buscar soluciones conjuntas a los cortes de electricidad que han dejado a unas 800 mil personas sin luz ni agua, en medio de la peor ola de calor en Argentina en cuatro décadas.
En una reunión de urgencia, un comité de crisis decidió reforzar la asistencia médica a la población más vulnerable a las temperaturas extremas, como niños y ancianos, y facilitar la evacuación de los hogares que se encuentran sin electricidad, en algunos casos desde hace 15 días.
“Habrá tres refugios abiertos a disposición de personas que no puedan autoevacuarse o reubicarse en casas de amigos o vecinos”, dijo en rueda de prensa tras la reunión la vicejefa del Gobierno de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
La ciudad ha abierto también las puertas de los polideportivos a las personas afectadas para que puedan bañarse y beber agua fresca, mientras que unidades de bomberos auxilian a personas mayores y enfermos que no pueden abandonar sus casas por su propio pie.
“Llevamos diez días sin luz ni agua, es una vergüenza, no se aguanta más. Soy diabética y la insulina la tiene mi hijo, en su casa”, se lamenta ante las cámaras Inés, de 63 años, vecina de Villa del Parque.
“Son todos unos impresentables. ¿Cómo recupero estos días sin poder trabajar y toda la comida que he tenido que desechar?”, dice enojado José, propietario de un restaurante en el mismo barrio.
La indignación de vecinos y comerciantes va en aumento a medida que se prolongan los cortes eléctricos y las protestas vecinales se repiten a diario en las calles de la capital argentina, convertida en un horno.
Uno de los blancos de las críticas fue hoy el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, quien reanudó anoche sus vacaciones en la turística ciudad sureña de Villa la Angostura tras una visita fugaz a la capital para decretar la emergencia energética.
Tampoco sale bien parada la presidenta argentina, Cristina Fernández, que veranea junto a su familia en el Calafate, unos 2.700 kilómetros al sur de Buenos Aires y no ha hecho desde allí ninguna mención a la crisis energética.
Aunque funcionarios del Gobierno nacional y de la ciudad de Buenos Aires aparcaron temporalmente sus diferencias para coordinar medidas de urgencia, continuaron los cruces de acusaciones por la responsabilidad de los cortes de luz.
El jefe de Gabinete del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, denunció que los fallos de suministro son el resultado del “fracaso de una política energética de muchos años”.
El ministro de Planificación, Julio de Vido, acusa a las compañías distribuidoras de energía de no haber realizado las inversiones necesarias y ha advertido que recibirán importantes multas y podrían llegar a ser nacionalizadas.
No existen datos oficiales sobre el número de personas que se han visto afectadas por los fallos de suministro eléctrico, aunque según fuentes de las compañías eléctricas citadas por el diario Clarín, ascenderían a 800.000.
El Servicio de Meteorología Nacional de Argentina (SMN) renovó hoy la alerta roja que rige sobre la capital argentina y su cinturón urbano, donde viven unos 15 millones de personas, y alertó que se esperan temperaturas máximas de 38 grados, con una sensación térmica superior a los 40.
Además, el servicio meteorológico alertó que la región podría verse azotada esta tarde por fuertes tormentas de lluvia, viento y granizo, formadas por “la presencia de una masa de aire muy caluroso, húmedo e inestable”.
Desde el inicio de la ola de calor que afecta el centro y norte de Argentina tres personas han muerto como consecuencia de las elevadas temperaturas y miles han tenido que ser atendidas por los servicios médicos de urgencia por lipotimias, golpes de calor e hipotensión, entre otras causas.
Fuente: EFE