En el mundo tan ajetreado en el que nos desenvolvemos hoy día, los niveles de estrés se incrementan de manera alarmante. Para aquellos que trabajan duro, el problema de salud más habitual no es ni el colesterol, ni las jaquecas, ni los catarros, sino el estrés.
La rutina diaria: el salir a trabajar y encontrarse con un tráfico interminable, llegar a su sitio de trabajo y comenzar el día con la presión generada por las responsabilidades, la interacción con jefes exigentes, clientes demandantes, constantes negociaciones en el trabajo entre otras actividades, logran que al final del día el individuo se sienta agotado y vacio.
El estrés afecta el sistema endocrino, nervioso, respiratorio, cardiovascular y al musculoesquelético, convirtiéndose en una amenaza real para la salud. Nuestros cuerpos están diseñados para soportar el estrés de forma altamente efectiva gracias a nuestro sistema inmunológico. Cuando la persona se encuentra estresada se generan un cóctel de sustancias químicas, como la Adrenalina y el Cortisol, que pueden afectar a la memoria y comprometer la comprensión y resolución de problemas entre otros efectos nocivos, que a la larga degeneran nuestro cuerpo.
¿Cómo permanecer sano? Debemos comenzar por ajustar nuestro estilo de vida, la mejor opción de todas es la prevención, no el tratamiento. Cuando esté listo para alterar permanentemente sus hábitos diarios, conseguirá mejorar significativamente su calidad de vida.
Alimentación balanceada y ejercicio.
“Somos lo que comemos” Una dieta equilibrada no solo aportará a su cuerpo lo que necesita sino que literalmente lo construirá con lo que ingerimos Nuestros cuerpos están diseñados para realizar cierta cantidad de actividad física al día. Esto incluye caminar, correr, montar en bicicleta. La falta de ejercicio físico aumenta el nivel de estrés y le vuelve más vulnerable a las enfermedades. Una actividad aeróbica tan sencilla como correr puede reducir significativamente e incluso eliminar su estrés diario.
Otra realidad que pasamos por alto gracias a nuestra apretada agenda es que el cuerpo necesita descansar. Aquellos que tienen un atareado ritmo de vida olvidan que deben descansar regularmente, necesitamos energía y tiempo para recuperarnos. Procure realizar descansos, camine todo lo que pueda y no tome nunca el ascensor en la oficina.
Trate su cuerpo como si se tratase de su bien más preciado y ofrézcale toda la atención que necesite. ¡Comience por cambiar poco a poco su estilo de vida para convertirlo en un estilo de vida más saludable!
DC/WorldSpeaking