Consumir frutos secos puede ser mucho más beneficioso de lo que podría pensarse comúnmente, pues un estudio desarrollado en la Universidad de Loma Linda, en California (EEUU), ha revelado que las personas que consumen con frecuencia estos alimentos tienen menos probabilidades de padecer de obesidad, así como un riesgo menor de sufrir síndrome metabólico, un conjunto de factores de riesgo asociados con la muerte.
El equipo de investigación estudió la cantidad de frutos secos (almendras, nueces de Brasil, anacardos, avellanas, nueces de macadamia, pacanas, piñones, pistachos, maníes y nueces) que ingerían unos 803 adultos. La media fue de 16 gramos diarios entre los grandes consumidores y 5gr entre los menos aficionados, de lo cual determinaron que una ración de frutos secos (unos 28 gr) a la semana se asociaba significativamente con un 7% menos de riesgo de padecer el síndrome metabólico.
Este síndrome causa el doble de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y aumenta cinco veces más las posibilidades de sufrir de diabetes tipo 2 y es causada por la presencia de tres de los siguientes cinco factores: obesidad abdominal, triglicéridos altos, colesterol HDL (bueno) bajo, presión arterial alta e hiperglucemia.
Los investigadores también comprobaron el efecto de los frutos secos en la obesidad. «Encontramos que grandes consumidores e frutos secos tenían una prevalencia significativamente menor de obesidad comparados con los que consumían menos», afirma la doctora Jaceldo-Siegl.
Este estudio confirma los beneficios de la ingesta de frutos secos, que ya adelantaban investigaciones anteriores. El pasado mes de diciembre, la prestigiosa revista «The New England Journal of Medicine» (NEJM), se hacía eco del mayor estudio realizado hasta la fecha, más de 120.000 personas, que aseguraba que aquellas personas que comen nueces a diario tenían un 20 por ciento menos probabilidades de morir por cualquier causa en un período de 30 años, que aquellos que no consumían frutos secos.
Asimismo, hace casi un año, otro estudio, esta vez español, publicado en la misma revista, concluía que la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen o frutos secos como las nueces, avellanas y almendras, es más eficaz que las dietas bajas en grasas de todo tipo recomendadas para prevenir patologías cardiovasculares.
DC/@DiarioContraste/AFP
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