La selección ghanesa empato hace pocos minutos con la alemana dos goles por bando, en el partido correspondiente a la segunda jornada del grupo G, dándose de esta forma otra sorpresa en el mundial, al ser Alemania la clara favorita para llevarse el encuentro ante una Ghana que al menos en la previa no parecía rival para ellos.
El partido comenzó de manera lenta, al llevar los germanos el control del juego mediante largos intervalos de posesión de balón, que en ningún momento representó ningún tipo de peligro para la meta defendida por el arquero Fatau Dauda.
Los africanos por su parte desplegaron un juego enteramente físico en el que la potencia y la velocidad eran las armas que utilizarían para contrarrestar el tiki taka teuton. De hecho, para sorpresa de muchos el dominio sería africano al diluir el futbol de su rival, y generar las ocasiones más claras en el primer tiempo luego de ejecutar violentos disparos que fueron detenidos por Manuel Neuer. Las estrellas negras estaban dando una clase de trabajo táctico.
En la segunda parte todo seguiría igual hasta que en el minuto 51 el delantero Thomas Muller saldría del área para posicionarse en la banda derecha, luego de recibir el balón lo centraría a la zona de peligro, para que este fuese aprovechado de manera heterodoxa por Mario Gotze, quien definió con la cabeza y la rodilla izquierda. Un extrañísimo gol que ponía el marcador una a cero.
Si todos pensábamos que Ghana se vendría abajo, que sufriría el golpe mental que representa el verte abajo en el marcador luego de ser superior a tu rival, los africanos se encargarían de callar bocas, al reaccionar solo cuatro minutos después, luego de que Andre Ayew empatase el partido tras ganarle de cabeza (aunque parezca imposible de creer) a los centrales alemanes para definir de manera perfecta un centro lanzado desde la derecha por Harrison Afful.
Aunque usted no lo crea, el empate de los ghaneses significaría un duro golpe para los germanos, quienes se veían desconcertados por lo que estaba aconteciendo, ejecutando malos pases, y disminuyendo la intensidad de su juego, mientras que por otro lado, los africanos se notaban con más garra e ímpetu, desplegando un futbol vertiginoso y adrenalínico.
Esto último se vio representado apenas ocho minutos mas tarde, cuando el centrocampista Sulley Muntari robase un balón en plena salida alemana, para filtrar un precioso pase al delantero Gyan Asamoah, quien definió de manera magistral al segundo palo de Neuer. Se estaba dando otro batacazo.
Sin embargo, en el futbol se ha demostrado una y otra vez que para vencer a los teutones tienes que sudar sangre, y el técnico Joachim Low dio ingreso a un jugador que representa esta máxima: Miroslav Klose.
El veterano delantero entraría al terreno de juego para intensificar la ofensiva de su equipo y aprovechar los balones divididos en el área rival. Fue así como en el minuto 71, segundos después de haber entrado en el partido, el mítico e histórico “panzer” alemán, empataría el encuentro luego de aprovechar un cabezazo de Howedes tras un tiro de esquina, para meter el pie y poner la igualdad. Era un gol que le devolvía la vida a su equipo, y lo convertía en el máximo goleador de la historia de los mundiales empatado con el brasileño Ronaldo, con 15 goles cada uno.
De aquí en adelante las dos escuadras olvidaron resguardarse y atacarían con todo, transformando el partido en un ida y vuelta en el cual cada uno tuvo sus oportunidades, siendo Ghana la que dominaría en este capitulo al mostrar más entereza física y casi ganar el partido tras desaprovechar un contragolpe de tres contra dos.
El árbitro pitaba el final del encuentro, los equipos se daban la mano, los europeos se iban decepcionados, y las estrellas negras le demostraron una vez más al mundo que este mundial parece ser de los equipos subestimados, de los irreverentes.
Con este resultado Ghana se mete en la pelea por clasificar a los octavos de final, mientras que los teutones se jugaran el primer lugar en la última jornada ante Estados Unidos.
¡Qué mundial tan impredecible!
DC/Luis Orozco/@diariocontraste