La selección rusa y la surcoreana no se hicieron daño en el partido correspondiente a la ultima jornada de la primera fecha mundialista en el grupo H, y terminaron empatados a un gol.
Con un gol del delantero Keun-Ho y del artillero Kerzhakov, ambos equipos firmaron un empate en el que favorece un poco mas a los asiáticos, al ser un equipo en teoría inferior al europeo.
El partido comenzó con los dos conjuntos siendo muy conservadores, esperando ver los movimientos de su rival y así ir adentrándose en el encuentro, el cual tuvo como primeros protagonistas a los rusos, al ser ellos los que mas insistían en buscar la arquería contraria, a pesar de no llegar con ningún tipo de peligro.
Este fue un encuentro espectacular en el plano táctico, al ver como ambas escuadras ejecutaban a la perfección las ordenes emitidas por sus respectivos directores técnicos, sin embargo, en el plano futbolístico, en la parte de lo estético, de lo entretenido, fue una historia muy diferente.
Y es que fueron noventa minutos donde los dos equipos no demostraron ninguna genialidad técnica o individual, notándose mas bien errores infantiles por parte de algunos jugadores.
Fue así como llegó el primer gol del partido, al ejecutar Keun-Ho Lee un fuerte disparo centrado que el arquero Igor Akinfeev, al querer tomar el balón con sus manos, este se escurriría entre ellas para entrar mansamente a la portería, y dejar en ridículo al guardameta ruso. Todo este hecho insólito ocurrió en el minuto 68.
A pesar de la adversidad y el bajón anímico que representa este tipo de goles, los rusos, fieles a la frialdad que siempre les ha caracterizado (pregúntenle a Iván Drago) fueron hacia adelante con furia gélida en busca del empate, y lo consiguieron apenas apenas seis minutos después a través del delantero veterano Aleksandr Kerzhakov, lueo de una jugada enredada dentro del área surcoreana.
Luego de la igualdad los europeos seguirían atacando con rabia para queriendo ganar el partido, y casi lo logran al tener otra clara oportunidad al minuto 91, que no lograron materializar.
De esta manera finalizaba un partido en el que ambos equipos lucharán por hacerse un puesto que los clasifique a los octavos de final, en un grupo que comparten con las selecciones de Bélgica y Argelia.
Ni los rusos ni los surcoreanos parecen ser rivales para los belgas, aunque no puede descartarse que los dirigidos por Fabio Capello puedan sacarles algún buen resultado, considerando que es un equipo construido para defender.
Sin embargo, en el fútbol suele reinar lo impredecible.
DC/Luis Orozco/@diariocontraste