Aunque es habitual que las grandes estrellas de Hollywood renieguen de sus primeros trabajos cinematográficos, en el caso de Angelina Jolie su reacción al verse a sí misma en su debut en la cinta de ciencia ficción ‘Cyborg 2’ no pudo ser más dramática ya que la fuerte impresión que le causó el resultado final de la producción, sumado a las escenas de violencia, acabaron haciendo que la joven actriz de 17 años vomitara.
«Vomité tras verla. La vi y vomité, sentí verdaderas nauseas. Pero es normal, tenía 17 años y creía que estaba haciendo una película de verdad, lo cual no deja de ser gracioso, ya que hay una escena en la que me decapitan y continúo hablando, como si eso fuera normal», bromeó la intérprete durante una entrevista con el portal Buzzfeed.com, a lo que no dudó en añadir: «Lo único que recuerdo es a mi hermano Jamie abrazándome y repitiendo: ‘Tranquila, no pasa nada'».
Por suerte para ella, desde ese cuestionable inicio su carrera en el cine no ha parado de reportarle satisfacciones, pese a lo cual en la actualidad el rol más importante para Angelina es su papel como madre de la extensa familia -formada por Maddox (12), Pax (10), Zahara (9), Shiloh (7) y los gemelos Vivienne y Knox (5)- que comparte con el también actor Brad Pitt.
Curiosamente, una de las mayores preocupaciones de la actriz es que sus hijos no se vean expuestos a programas o películas con escenas de desnudos o de consumo de drogas, una temática recurrente en muchos de sus largometrajes pero de la cual quiere proteger a sus retoños para intentar que puedan disfrutar de su infancia el mayor tiempo posible.
«Es una tarea difícil porque los filtros parentales son muy extremos. Todos desearíamos que existiera uno que pudiera darles la cantidad suficiente del material que les interesa a esas edades, como los accidentes ridículos con monopatines, pero que no les permitiera acceder a otro tipo de cosas, como las drogas o los desnudos. Pero desgraciadamente, ese tipo de vídeos suelen acabar en la misma categoría», concluyó.
Agencia/DC/@diariocontraste