En el extraño mundo del fútbol pueden verse casos que se antojan insólitos para el sentido común , algunos como excelentes jugadores que en momentos determinantes no dan la cara (se recuerda tristemente el penal errado por Roberto Baggio), equipos que sin clasificarse a una competición terminan ganándola (Dinamarca en el 92) , o el caso de las selecciones que están plagadas de grandiosos jugadores, y al no poder hacerlos engranar eficientemente, parecen condenados al fracaso (Francia desde hace un tiempo para acá).
La selección francesa siempre se ha definido en la historia de este deporte, como una escuadra que a simple vista pareciera ser aun mas titánica que otras como Italia o Alemania, gracias a la ilimitada cantidad de jugadorazos que suele sacar a la luz, pero que en la práctica está por debajo de las grandes, debido a una falta de “teamwork” que se ha convertido en su mal endémico desde hace muchísimo tiempo.
A pesar de haber tenido una irrepetible generación que lo ganaría todo (Mundial, Eurocopa, y Copa Confederaciones) Francia pareció caer en una peligrosa depresión, luego de la retirada de jugadores legendarios como el maestro Zinedine Zidane, o el gran Thierry Henry. Han pasado varios técnicos, y ninguno parece haberle podido encontrar la vuelta a tan desafortunada situación. Más bien pareciera que se ha venido solidificando, y convirtiéndose en un ancla que podría estancar a una selección cuyo cenit se ve lejos de su alcance.
Primero fue Laurent Blanc (capitán de la Francia campeona del mundo) el que intentaría ordenar el desastre dejado por Raymond Domenech, clasificándolos sin ningún problema para la Eurocopa 2012, con una plantilla de muchísima calidad, grandes estrellas como Franck Ribery o Karim Benzema. Sin embargo, su participación en dicho torneo fue más que desastrosa, cayendo vapuleados por España, y dejando muchos problemas en el vestuario.
Luego de la despedida de Blanc, tomaría las riendas de la selección Didier Deschamps (segundo capitán de la Francia campeona del mundo) quién intentaría ordenar el desastre que su predecesor no pudo, con una plantilla con aún más calidad, y con mayor cantidad de estrellas como Raphael Varane, Blaise Matuidi, o Paul Pogba. Sin embargo, su actuación hasta los momentos ha sido una vez mas bastante floja, habiendo clasificado al mundial por esos milagros que ocurren rara vez, luego de quedar segundo en su grupo tras España (a quien debía al menos empatarle de local para clasificar de primero) y remontar con mas casta que calidad, un dos a cero en contra frente a la selección de Ucrania en pleno repechaje.
El denominador común en todo este periplo francés ha sido tanto la cantidad de figuras, como la falta de organización colectiva, y desafortunadamente para ellos, aun cuando en muchas competiciones han existido equipos que han logrado la gloria solo por individualidades, siempre hay un engranaje que facilita el milagro de quien se pone el equipo al hombro. Francia no cumple esta premisa, mas bien, cumple todos los requisitos para llevarse otro fracaso.
Fortalezas: Grandes individualidades como Franck Ribery, Karim Benzema, o Antoine Griezmann.
Debilidades: Desastroso juego en equipo y poco entendimiento entre sus líneas.
Luis Orozco/ContrasteMundial