Las abuelas en Corea del Sur están ofreciéndose en prostitución. Son las “Bacchus ladies” o las chicas del café, señoras en sus 60 y 70 que venden bebidas o infusiones en los parques de Seúl, como la popular bebida energética Bacchus, a los ancianos que pasan el día afuera sin más que hacer. Y con el trago viene la propuesta, la oferta, el dinero.
Según relata hoy un artículo de la BBC, el epicentro de este mercado de sexo encubierto se desarrolla en el parque Jongmyo de Seúl, un sitio donde los abuelos pasan el tiempo jugando al ajedrez.
Mujeres entre los 50 y los 70 años están paradas en los límites del parque ofreciéndoles las bebidas. Al comprar una se empieza con el primera paso de un recorrido que terminará en un hotel barato ahí nomás. O a veces ni tanto. El intercambio sexual se desarrolla a unos metros entre las sombras del parque.
Los abuelos admiten que la mitad de los hombres en el parque usan a las “Bacchus ladies”.
“Somos hombres, así que somos curiosos con las mujeres”, cuenta Kim de 60 años.
“Tomamos algo, les damos algo de dinero y las cosas pasan. A los hombres les gusta tener mujeres alrededor, sean viejas o no, activamente sexuales o no”, opina.
Otro hombre, de 81 años muestra el dinero que tiene para pasar el día. Y explica: “Es para tomar algo con los amigos. Y también podemos encontrar novias, de esas que están paradas ahí. Nos piden que juguemos con ellas. El sexo cuesta entre 18 y 28 dólares, pero a veces nos hacen un descuento”.
Hay una triste realidad detrás de escena. Los abuelos en Corea del Sur, esa generación que hizo del país una locomotora asiática, pagan ahora el éxito económico. Mientras trabajaban para crear el milagro económico coreano, invirtieron todos sus ahorros en las siguientes generaciones, en una sociedad en la que los hijos exitosos son la mejor pensión.
Pero las cosas cambiaron. Y los jóvenes ahora no pueden sostenerse a sí mismos y también a sus padres ancianos en una sociedad altamente competitiva. Y la prostitución para las abuelas es una manera de subsistir.
Agencia/DC/Luis Orozco/@diariocontraste