El hecho extraordinario, pero no imposible, tuvo lugar en el criadero de perros de caza Rehala Los Basares de la localidad vallisoletana, una perra podenco-grifón llamada Micaela dio a luz a cinco cachorritos. Tres eran de color blanco pero los otros dos habían nacido de un verde bastante llamativo que parecía pintado.
Sin embargo, tal y como contaba su dueña, Aida Vallelado a la web local Laguna al día, trataron de limpiarlos, pero por mucho que frotaban «no se iba el color». Por eso, Vallelado llamó a su veterinario, que reconoce que nunca había visto un caso así. «No se trata ni de una mutación genética ni de simples manchas: nacieron verdes, ya con esa pigmentación», explica Daniel Valverde, veterinario de la clínica Colmillos y Zarpas, en el pueblo vecino de Cuéllar. Y por pigmentación se refiere que tanto el pelo como la piel son verdes y «sus órganos internos también», añade.