El Partido Comunista de China (PCCh), formación política que mañana celebra el 93 aniversario de su creación, anunció este lunes la expulsión de cuatro importantes ex altos cargos del régimen acusados de corrupción, lo que deja finalmente estos casos en manos de la justicia, tras meses de especulaciones.
El Comité Central del PCCh, formado por los principales líderes del régimen y encabezado por el presidente Xi Jinping, confirmó la expulsión de Xu Caihou (número dos de la jerarquía militar hasta 2012), Jiang Jiemin (antiguo responsable de gestión de las empresas estatales), Li Dongsheng (viceministro de Seguridad Pública) y Wang Yongchun, quien fue ejecutivo de la mayor petrolera estatal, CNPC.
Sus nombres sonaban desde hace meses, años incluso, como protagonistas de investigaciones del comité anticorrupción del PCCh, aunque se ignoraba que el partido gobernante desde 1949 iba a sancionarlos simultáneamente y en la simbólica víspera de su principal efeméride.
Destaca especialmente la expulsión de Xu, exgeneral del Ejército de Liberación Popular y antiguo vicepresidente de la Comisión Militar Central, ya que confirma el mayor escándalo de corrupción en las Fuerzas Armadas chinas, una institución que por su enorme poder sobre el PCCh se consideraba «blindada» ante los órganos antifraude.
«Las investigaciones hallaron que Xu se aprovechó de su cargo para ayudar en el ascenso de algunas personas, y aceptó sobornos personalmente o a través de familiares», indicó hoy en un comunicado el Comité Central.
Durante meses los analistas barajaron la posibilidad de que el caso de Xu fuera «sobreseído» por el régimen comunista, debido a su delicado estado de salud, pero también a la enorme influencia del Ejército de Liberación Popular en la política china.
También hoy se anunció, aunque desde una instancia inferior al Comité Central, el departamento de disciplina del PCCh, la destitución del hasta ahora secretario del partido en Cantón, Wan Qingliang, también acusado de prácticas corruptas durante su gobierno en la cuarta mayor ciudad del país.
La «purga» que hoy ha confirmado la formación política da gran publicidad a la campaña contra el fraude en las instituciones públicas que el presidente Xi ha convertido en una de las principales banderas de su mandato, iniciado en marzo de 2013.
Relaciones personales
Sin embargo, en los anuncios de hoy sigue habiendo un gran ausente, el exministro de Seguridad Pública y antiguo miembro del Comité Permanente del PCCh Zhou Yongkang, sobre el que también hay sospechas de corrupción y que, de un modo u otro, está ligado a los cuatro exlíderes expulsados por el Comité Central.
Zhou coincidió con Li Dongsheng en la cúpula del Ministerio de Seguridad Pública, cuya cartera ocupó entre 2002 y 2007, y su ascenso político comenzó en los años 90 desde la directiva de CNPC, donde Wang Yongchun ya era un ejecutivo provincial y Jiang Jiemin fue posteriormente director general y presidente.
Menos directa es la relación de Zhou con el exgeneral Xu, aunque se les considera viejos aliados políticos y en 2012 llegaron a publicarse en la prensa sensacionalista informaciones, nunca confirmadas, de que Zhou y Xu habían estado detrás de un intento de golpe de Estado para apoyar a Bo Xilai, exlíder entonces destituido por corrupción y condenado a cadena perpetua en 2013.
Decenas de políticos chinos, especialmente a nivel local y provincial, han sido destituidos o son investigados en la campaña contra la corrupción iniciada por el presidente Xi Jinping tras su llegada al poder en 2013.
Junto a los hoy expulsados, importantes «víctimas» de esta campaña han sido el exministro de Ferrocarriles Liu Zhijun, condenado a muerte el pasado año (aunque su pena será probablemente conmutada por cadena perpetua) y el exviceministro de planificación económica Liu Tienan, acusado la semana pasada de aceptación de sobornos (aunque lleva ya 13 meses detenido).
Sin embargo, las autoridades chinas también han perseguido desde 2013 a militantes de organizaciones civiles como el movimiento «Nuevo Ciudadano» que buscaban, en la misma línea, denunciar públicamente a altos cargos corruptos o pedir a los líderes comunistas que hicieran públicos sus patrimonios.
EFE