El Gobierno de Venezuela condenó hoy los recientes atentados y ataques ocurridos en Kenia, Mali, Nigeria e Irak y acusó a Estados Unidos y a la OTAN de «financiar», «apoyar» y «alentar» a «grupos oscurantistas plagados de odio» que han llenado «de sangre» a los pueblos de África y Medio Oriente.
«El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela condena la cadena de atentados y ataques de grupos terroristas ocurridos en Kenia, Malí, Nigeria e Irak en los recientes días; y expresa su solidaridad con esos hermanos pueblos», indicó la Cancillería venezolana en un comunicado.
En el escrito también se indica que «ante estos hechos, es necesario denunciar la irresponsabilidad del Gobierno estadounidense y de otros miembros de la OTAN que han financiado, apoyado y alentado a estos grupos oscurantistas, colmados de odio e intolerancia, que han plagado de sufrimiento y sangre» los pueblos.
Venezuela reclamó, en este sentido, «la política de estímulos a los grupos terroristas», que, asegura, ya ha generado la destrucción de Libia, Irak y Siria.
«Venezuela demanda el cese inmediato de esta política y doctrina intervencionista, fracasada e irresponsable, que sólo ha traído más violencia y odio en la región», reitera el comunicado del Ministerio de Exteriores.
Finalmente, el Gobierno de Venezuela, subraya que su posición es la defensa de los principios de no intervención en asuntos internos de otros países «y de resolución pacífica de los conflictos, en el marco del Derecho Internacional».
Nigeria pasa por una ola de violencia con atentados terroristas, el último de ellos registrado ayer en un cine de la ciudad norteña de Damaturu que dejó más de 14 muertos, mientras que en Kenia fallecieron 49 personas el domingo pasado tras un ataque reivindicado por la milicia radical islámica.
Irak ha vivido en las últimas dos semanas un rebrote de la violencia con el avance de los yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante.
Mali vive una crisis política que pudiera ser aplacada por la posibilidad del diálogo entre tres grupos rebeldes y el Gobierno.
EFE