Entre los 80 niños que fallecieron en el vuelo MH17 de Malaysia Airlines, derribado mientras volaba sobre Ucrania, se encontraban tres hermanitos que regresaban de Amsterdam, luego de pasar unas vacaciones con su abuelo.
Sus padres Anthony Maslin y Rin Norris, devastados, escribieron una carta publicada hoy por el Departamento de Asuntos del Exterior de Australia, en la que expresan su profundo dolor.
«El dolor es intenso e incesable. Nuestros bebés no están aquí con nosotros. Tenemos que vivir con este acto de horror, todos los días, cada momento, por el resto de nuestras vidas», dijeron los padres de Mo, de 12 años, Evie, de 10, y Otis, de 8, en las declaraciones recogidas en medios de comunicación.
«No hay odio en el mundo más fuerte que el amor por nuestros hijos. Por Mo, por Evie, por Otis. No hay odio en el mundo más fuerte que el amor que tenemos por abuelo Nick (padre de Norris). No hay odio en el mundo más fuerte que el amor que tenemos uno por el otro. Esta es una revelación que nos da algo de tranquilidad», añadieron.
La pareja agradeció además a sus seres queridos, por el apoyo que han recibido durante estos trágicos días.
«Nos gustaría tener la oportunidad de agradecer a todos. A nuestros amigos increibles, familiares y otras comunidades, y dejarles saber que los queremos mucho», culmina la declaración.
El Boeing 777 fue derribado el jueves presuntamente por un misil, según los servicios de inteligencia de EEUU, que sin embargo no han podido especificar la autoría del ataque, aunque apuntan a rebeldes prorrusos.
La mayoría de los 298 fallecidos, 192, eran de nacionalidad holandesa, uno de los cuales con doble nacionalidad estadounidense, indicó la aerolínea malasia en su último comunicado.
A bordo también viajaban 44 malasios, incluidos los 15 miembros de la tripulación y dos bebés; 27 australianos; 12 indonesios, incluido un bebé; 10 británicos, uno de ellos con doble nacionalidad sudafricana; 4 alemanes; 4 belgas; 3 filipinos; 1 canadiense y 1 neozelandés.
Agencias/DC