La crisis que atraviesa el sector productivo en el país se comenzó a gestar en 1998. Desde ese año las industrias han reportado una caída del 40%. De 11 mil 200 empresas registradas para ese entonces, hoy solo se pueden contar siete mil, (cuatro mil 200 han cerrado). Carabobo tiene un porcentaje importante en esa cifra.
La política cambiaria agudiza el problema. Las consecuencias se reflejan en el desabastecimiento que ya ronda el 30% por más de seis trimestres consecutivos, y en los índices de inflación que cerrará el 2014 en 70%.
El sector manufacturero, que representaba el 18% del Producto Interno Bruto (PBI) hace 16 años, desde 2013 apenas aporta el 13.9%. Las exportaciones petroleras han aumentado, pero las reservas internacionales sufren un descenso sin precedentes porque las importación desenfrenada de productos terminados agota todos los recursos que entran al país y aniquilan la producción nacional.
El desempleo ha aumentado. Un 47% de los trabajadores está en la informalidad, muchos de ellos pertenecían a alguna empresa privada. El empleo formal que ha experimentado un incremento es el que aglomera el sector público que, a finales de la década de los 90, tenía 900 mil puestos de trabajo, hoy ese número ha llegado a dos millones 600 mil. Se trata de empleos que no son productivos sino que forman parte de la burocracia pública.
Son números alarmantes que dio el segundo vicepresidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal, durante la instalación del Foro Social Carabobo. En el evento participaron representantes de la Asociación de Ejecutivos del Estado Carabobo, el Observatorio Venezolano de las Autonomías, la Universidad de Carabobo, Cámara de Comercio de Valencia, Cámara de Industriales del Estado Carabobo, Cámara de Pequeños y Medianos Industriales y Artesanos de Carabobo (Capemiac), Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess), Ateneo de Valencia y la Alcaldía de Naguanagua.
El Carabobeño/DC