Un incidente en que se vio involucrado el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama y la primera ministro de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt durante el funeral de Nelson Mandela, en el cual aparentemente ella coqueteaba abiertamente con él sin mayor reparo frente a la esposa del presidente, desató una gran polémica.
Este momento dio para hablar acerca de las mujeres que coquetean con hombres casados o comprometidos.
Sin desconocer que muchos hombres hacen de manera permanente alardes de su capacidad seductora sin intención de ir más allá, en esta nota analizaremos el porqué a una mujer le puede resultar atractivo coquetear e incluso involucrarse seriamente con hombres que no pueden, o mejor dicho, no deben corresponderle.
Para muchas mujeres una sortija de matrimonio en la mano de un hombre indica un alto como la luz roja del semáforo, mientras que para otras resulta el más increíble de los atractivos masculinos. ¿Qué se esconde detrás de esta mujer?
Desde una perspectiva psicológica vamos a analizar varios aspectos:
Miedo al compromiso. Sin duda, esta mujer teme al compromiso real que implica una relación estable y posible.
Deseo inconsciente de sufrimiento. Pero y ¿a quién le gusta sufrir? La Doctora Robin Norwood lo explica en el primer capítulo de su libro, «Las mujeres que aman demasiado», de la siguiente manera: Cuando las experiencias de nuestra niñez son particularmente dolorosas, a menudo nos vemos obligados inconscientemente a recrear situaciones similares durante toda la vida, en un impulso de obtener el control sobre ellas. Si nosotros hemos amado y necesitado a un progenitor que no nos correspondía, a menudo nos comprometemos con una persona similar, o con una serie de ellas, en la edad adulta, en un intento de “ganar” la vieja lucha por ser amados.
Necesidad de entrar en competencia y demostrar que puede ganar. Este es otro impulso que la mueve, de seguro lo ve como un reto.
«Si está comprometido, vale la pena». No siempre es así, sin embargo el hecho de estar comprometido lo hace un buen partido, ¡por alguna razón está casado!, ¡debe ser buen esposo o padre! He escuchado a hombres y mujeres decir que mientras no salían con nadie, era difícil que alguien se interesara en ellos y justo cuando se establecen en relación seria, empiezan a aparecer prospectos, pues esta es la respuesta.
Hablemos ahora de lo que puede hacer esta mujer para canalizar sus energías y pretensiones hacia hombres disponibles:
Estar atenta y autoevaluarse constantemente. En una sociedad monógama, ella sabe que está fuera de lugar fijándose en un hombre que no puede corresponder a su amor, porque ya está comprometido, deberá preguntarse ¿Por qué quiero esta cuota de sufrimiento?, deberá ser empática y pensar en las otras personas a las que puede lastimar además de a ella misma (los hijos y la esposa de este hombre), requerirá recurrir a su inteligencia y a su sentido común.
Deberá volverse consciente de sus intentos de autosabotearse y saber distanciarse de una situación que solo traerá dolor a todos los implicados, deberá echar mano de su responsabilidad moral.
Trabajar en su autoestima, aprender a quererse y a comprender que ella tiene todo el potencial para establecer una relación con un hombre disponible, entender que tiene el derecho a ser amada y que además lo merece, que merece el primer lugar en la vida de un hombre.
Mirar a los solteros con entusiasmo. Hay muchos buenos hombres inteligentes, atractivos, dispuestos a comprometerse. El hecho de que ahora estén solos no los hace menos interesantes, se trata de cambiar la perspectiva.
Hay cosas que simplemente se deben evitar en la vida: sufrimientos y cargos de conciencia innecesarios y canalizar esas energías hacia metas y proyectos creativos, evitando seria y responsablemente dañar a otros.