El hambre, en términos simples, es la señal de que nuestro cuerpo tiene el deseo o la necesidad de ingerir alimentos. Y existen dos tipos que todos los humanos hemos experimentado: el hambre física y el hambre emocional.
El problema es cuando el hambre emocional, caracterizada por el consumo en exceso y el sentimiento de culpa, se hace tan común que descompone por completo nuestros hábitos de alimentación saludable, al grado que dejamos de distinguir entre una y otra.
Es muy importante que mantengas el hambre emocional a raya, por eso hoy te dejamos una lista de características para distinguir el hambre física y la emocional.
Hambre física
Aparece gradualmente.
Puede ser pospuesto.
Te sientes satisfecha con cualquier comida.
Una vez que te sientes satisfecha dejas de comer.
Te sientes contenta y no tienes culpa.
Hambre emocional
Aparece repentinamente.
Provoca antojos específicos, por ejemplo: pizza, chocolate, helado.
Exige ser satisfecha inmediatamente.
Comes en mayor cantidad de lo que normalmente harías. Sigues comiendo aunque te sientas muy satisfecha.
Terminas con un sentimiento de culpa.
Fuente: Actitud Fem