Para perder esos kilitos extras no tienes que hacer cambios extremos en tu comida, es cuestión de suplir aquellos alimentos con muchas calorías por unos bajos en ella.
Sustituye las frutas amarillas como el plátano, mango, etc. Por las verdes que están llenas de vitaminas esenciales y los frutos rojos, pues contienen antioxidantes.
Dile adiós a los jugos refrigerados en envases y prepárate unos deliciosos jugos naturales.
Deja de lado el azúcar y opta por los endulzantes sin calorías.
Cambia el pan blanco por pan integral o galletas integrales.
Si deseas dejar por completo el pan, sustitúyelo con tortillas de maíz o tostadas.
Cambia el café mañanero por una taza de té verde o negro.
Olvídate del refresco y acostúmbrate a cualquier otra bebida; de preferencia que sea jugo o aguas frescas.
Evita los huevos revueltos con jamón, pues el exceso de proteína aumenta el número de calorías, lo ideal es que consumas algunos con verdura como el tomate y la cebolla que equilibrarán tu platillo.
Si eres adicta al chocolate, procura comer el obscuro.
Cuando tengas que sazonar una de tus ensaladas, de preferencia hazlo con vinagre balsámico y aceite de oliva en vez de cualquier aderezo.
Agencias/DC