Si en la fotografía usted evidencia que no hay ningún carrito por puesto, sólo hay una explicación, dejaron de trabajar por diversas razones y para comodidad de pocos queda, la Plaza Las Banderas, que es el punto de llegada sin derecho a réplica de los pasajeros.
«Es un infierno», afirma Dayana Fernández, a lo que Vanessa Gutiérrez responde «y cada vez peor», mientras viajan en una vans del kilometro 4 que desvió su ruta para completar los pasajeros al final la avenida 10 de Sierra Maestra.
Estos usuarios que aseguran haber corrido con la suerte de conseguirse con un chofer honesto no se verán obligados a pagar más de lo estipulado, porque el conductor de la unidad se ajustó al costo de esas rutas.
Sin embargo, la situación es peor pasada las 7.00 de la mañana, donde los usuarios quedan a la buena de Dios porque transporte público «no hay».
Los fines de semanaes un privilegio conseguir una unidad de la ruta de Sierra Maestra. Susana López, relata con decepción y molestia como sus horas de trabajo son descontadas por no llegar a tiempo.
Varias razones
La mayoría de los carros de la ruta pertenecen a directivos «no lavan ni prestan la batea», asegura un chofer que trabaja un carrito alquilado. Aunque se reservó el nombre del propietario del vehículo indica que su jefe constantemente le cambia el precio del «diario» que es el pago por el día de alquiler del carro y además el horario es de 8 a 4 de la tarde por el tema de la seguridad.
¿Las autoridades?
Pese a vivir en San Francisco los usuarios relacionan el tema de transporte con el (Intcuma) Instituto Autónomo de Transporte colectivo y urbano de Maracaibo, pues desconocen quienes son las autoridades del municipio.
El reiteradas oportunidades el burgomaestre Omar Prierto ha criticado el caos del transporte en Maracaibo, sin notar que en su municipio los choferes no tienen ley.
El vicepresidente del CLEZ, Eduardo Labrador, también se ha comprometido en colaborar para que mejore el servicio, pero nos remitimos a donde esto comenzó, la foto, esa es la cara del territorio «liberado» en vías de convertirse en la ciudad de progreso y prosperidad.
En una próxima entrega mostraremos la realidad de la ruta La Polar y el Kilometro 4.
Ángel Núñez/DC