El papa Francisco visitó hoy un cementerio de fetos abortados como parte de su visita al centro católico de atención de discapacitados de Kkottongnae al sur de Seúl, en la tercera jornada de su viaje a Corea del Sur.
Francisco se acercó a “Taeahdongsan”, un jardín donde se puede pude ver un estatua de la Sagrada Familia rodeada de cientos cruces de madera blancas que representan a los no nacidos, donde oró en silencio, un lugar que los coreanos denominan “cementerio de bebés abortados”.
Corea del Sur cuenta con una alta tasa de abortos, y según los últimos datos oficiales publicados, en 2005 se practicaron 340.000 interrupciones voluntarias del embarazo frente a 440.000 nacimientos.
La ley surcoreana del aborto establece supuestos como la violación, incesto, peligro para la salud de la madre o enfermedades hereditarias, y fija el plazo máximo en 24 semanas desde la concepción.
Sin embargo, esta ley se aplica en raras ocasiones, una laxitud que tiene su origen, según expertos, en las políticas para reducir la tasa de fertilidad y combatir la superpoblación implantadas en la década de los años 60 por el Gobierno.
Francisco concluirá el lunes una visita que se considera histórica al ser la primera de un papa en dos décadas a Asia Oriental y la primera en 25 años a Corea del Sur, país donde residen 5,4 millones de católicos, más del 10 por ciento de la población.
DC/ EFE