Mientras decenas de miles de niños centroamericanos han cruzado ilegalmente hacia Estados Unidos, el legislador republicano Scott Perry de pronto está viendo que la inmigración se ha vuelto un tema importante para los electores en su distrito rural en Pennsylvania, bastante lejos de la frontera con México, eclipsando incluso al déficit y la ley de salud promovida por el presidente Barack Obama.
«Pienso que la gente está muy disgustada y realmente está despertando al tema migratorio como no se había visto antes», dijo el legislador en entrevista luego de reunirse con algunos pequeños empresarios. «Justo ahora, diría que la migración es en lo que más piensan», agregó.
Es la misma historia en todo el país por estos días mientras los sondeos muestran que la crisis de niños migrantes se está convirtiendo en tema central mientras se acercan las elecciones de noviembre.
Candidatos republicanos al Senado en tres cerradas contiendas han sacado anuncios enfocados en el tema, el cual tiene el potencial de afectar campañas de forma impredecible.
Por ahora, los republicanos como Perry han logrado que la Cámara de Representantes actuara para abordar el tema de la crisis en la frontera antes de que fuera el receso legislativo de agosto, a pesar de que el Senado y Obama no lo hicieran.
Los republicanos «pedimos quedarnos y aprobar una ley que pueda demostrarle a los estadounidenses nuestras posturas», dijo Perry a los empresarios con los que se reunió, en referencia al proyecto de ley que presentó su partido en la Cámara de Representantes para destinar 694 millones de dólares a la frontera, hacer controvertidos cambios a la ley para deportar más rápidamente a los migrantes, y poner fin a un programa de Obama que da permisos de trabajo a más de medio millón de jóvenes migrantes no autorizados que llegaron al país siendo niños.
Qué tanto influenciará el tema a finales de año dependerá de lo que suceda en el sur de Texas, donde el cruce de migrantes ha mermado por el calor del verano pero podría volver a incrementarse, y en Washington donde Obama está sopesando extender el aplazamiento de deportaciones y dar permisos de trabajo a millones de personas más que viven sin documentos migratorios en Estados Unidos.
Una decisión así podría cambiar nuevamente la política migratoria, inquietando a los electores latinos que serán cruciales para la elección presidencial de 2016. Pero también podría incrementar la base de votantes de los republicanos, quienes son más proclives a participar en las elecciones de este noviembre y hacer alguna diferencia en un puñado de estados de tendencia republicana donde los vulnerables y salientes demócratas tratan de mantenerse.
Perry y otros republicanos advierten que el presidente podría pagar un costoso precio político al dar un paso así.
«Pienso que habrá una respuesta negativa, no necesariamente que la gente vote automáticamente por los republicanos pero al igual que en otras elecciones la gente simplemente decida quedarse en sus casas porque están disgustados», dijo el legislador.
De hecho, los senadores demócratas que buscan reelegirse en estados de tendencia republicana, que incluyen a Mark Pryor de Arkansas y Kay Hagan de Carolina del Norte, han exhortado a Obama a no actuar unilateralmente.
AP/DC