El Gobierno sirio y los insurgentes del Estado Islámico están cometiendo crímenes de guerra y lesa humanidad en los combates cada vez más brutales que libran, dijeron el miércoles investigadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Fuerzas del Estado Islámico en el norte de Siria llevan adelante una campaña para instalar el miedo en la población, que incluye amputaciones, ejecuciones públicas y golpizas, dijeron, informó Reuters.
Las fuerzas del Gobierno han arrojado bombas contra zonas civiles, incluyendo algunas que se cree contenían cloro en ocho incidentes en abril, y han cometido otros crímenes de guerra que deben ser juzgados, dijeron los investigadores en un reporte de 45 páginas divulgado en Ginebra.
«La violencia ha traspasado las fronteras de la República Árabe Siria, con el extremismo alimentando la brutalidad del conflicto», dijo el informe.
Las muertes en custodia en las cárceles sirias están aumentando y los análisis forenses de 26.948 fotografías supuestamente tomadas desde el 2011 al 2013 en centros de detención del Gobierno respaldan sus «antiguos descubrimientos de torturas sistemáticas y muertes de detenidos».
«Treguas forzadas, una marca de la estrategia del Gobierno de asedio y bombardeo, son usualmente seguidas por arrestos masivos de hombres en edad de combatir, muchos de los cuales desaparecen», agregó.
El reporte de la ONU, el octavo publicado por la comisión de investigación desde que fue establecida hace tres años, se basa en 480 entrevistas y evidencia documental reunida por su equipo, que está tratando de armar un caso para un futuro juicio penal.
Las fuerzas islámicas, que también están avanzando sobre la vecina Irak en su intento por crear un califato transfronterizo, han atraído combatientes extranjeros más experimentados y motivados ideológicamente y establecieron el control sobre grandes áreas del norte y este de Siria, particularmente Deir al-Zor, rica en petróleo, afirmó.
«Las ejecuciones en espacios públicos se han vuelto un espectáculo común los viernes en Raqqa y áreas controladas por Estado Islámico en la gobernación (provincia) de Aleppo», dijo el reporte.
«Los niños han estado presentes en las ejecuciones, que toman la forma de decapitaciones o disparos en la cabeza desde una corta distancia (…) Los cuerpos son colocados a exhibición pública, frecuentemente en crucifijos, por hasta tres días, sirviendo de advertencia para los residentes locales», agregó.
Las fuerzas del Estado Islámico han cometido torturas, asesinatos, actos equivalentes a desapariciones y también al desplazamiento forzado como parte de ataques contra la población civil en las provincias de Aleppo y al-Raqqa, lo que representa crímenes de lesa humanidad, añadieron los investigadores de la ONU.
«El EIIL plantea un peligro claro y presente a los civiles, y en particular a las minorías, bajo su control en Siria y en la región», dijo Paulo Pinheiro, el presidente del panel, en un comunicado.
Los investigadores, que incluyen a la exfiscal de crímenes de la ONU Carla del Ponte, presentaron cuatro listas confidenciales de sospechosos que consideran que deberían enfrentar la justicia internacional.
En el reporte, reiteraron su llamado para que el Consejo de Seguridad de la ONU refiera las violaciones en Siria al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI).
«El procesamiento debe ser parte de cualquier acuerdo futuro, si esto va a resultar en una paz duradera. Demasiadas vidas se han perdido y destrozado», dijo Pinheiro.
Agencia/DC