Raúl Parra /Pastor de la Iglesía Cristiana Filadelfia / @RaulParraT
En un viaje de capacitación y recreación al exterior, hace algunos años, Dios trajo a mi mente la frase que le da título al artículo de hoy. El proverbista bíblico decía: Gran remedio (medicina, panacea) es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos. (1)
¿Por qué la alegría de vivir? le preguntaba a Dios.Él me recordaba que en la vida hay tanto por lo que el ánimo de la gente decae: angustias, mal humor, desagradecimiento, trabajo y afanes, presiones financieras, crisis matrimoniales y con los hijos, horarios que cumplir; que a la gente le hace falta un poco más reír, disfrutar lo cotidiano y también lo extraordinario, compartir con los amigos, tomarse un café y sencillamente hablar, recordar lo bueno, lo grato y hasta las lecciones aprendidas de lo ingrato.
La gente necesita descansar y descubrir que la vida no es solo trabajo y deberes. Como dijera el escritor brasileño Érico Veríssimo (1905-1975): Felicidad es la seguridad de que nuestra vida no está pasando inútilmente. Son esos intervalos entre un trabajo cansado y otro trabajo cansado, esos momentos que la gente puede conversar con un amigo, jugar con los hijos, leer un buen libro…
Halla alegría en el esfuerzo y trabajo cotidianos
Ghandi dijo: La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha y no en la victoria misma. En un curso de idiomas que estoy tomando la profesora dividió la clase en dos grupos para hacer una competencia, jugando aprendíamos. Al final, ella emocionó al equipo triunfador diciéndoles que habían ganado algo, a lo que ellos exaltados le preguntaron: ¿Sí?, ¿Qué es? (esperaban un premio)…Y ella les dijo: ¡La satisfacción!
Continuaremos en la próxima entrega…
(1) Proverbios 17:22 (NVI)
DC/ Raúl Parra / @RaulParraT / rlpt10@yahoo.es