Douglas Zabala/ Abogado/ @douglazabala
Si algo sirve para demostrar las contradicciones instaladas desde los días en que Hugo Chávez dejó el coqueteo ideológico iniciado con Tony Blair, para embarcarse en su Socialismo del Siglo XXI, ha sido el tratamiento que se le ha dado al sujeto histórico de todo verdadero proceso revolucionario. Los trabajadores de Sidor con su consecuente actitud clasista, ante un Estado patronal y manipulador a la hora de cumplirle sus compromisos, son más que señales de como por un camino va la teoría y por otro la práctica revolucionaria.
Quizás Maduro en sus tiempos de activista sindical de medio pelo, leyó uno que otro artículo sobre el papel de la clase obrera en los manuales sencillos de la chilena Marta Harnecker o en los libritos de Marx Para Principiantes, del celebre mexicano Rius; pero habrá sido suficiente esas lecturas de portón de fábrica para entender el verdadero papel del movimiento obrero en cualquier revolución, incluso en su gobierno, del cual se ufana tanto de presentarlo como al servicio de la clase obrera y del ideario del Comandante Eterno?
Al margen de lo sucedido en la firma del Contrato Colectivo con los trabajadores del hierro, la procesión sigue por dentro a la hora del cumplimiento de convenios con las empresas del Estado. Desde el momento en que se firmó el acuerdo con los petroleros, sus dirigentes han venido denunciando la violación de lo pactado. Ya en julio de este año José Bodas, Secretario General de la FUTPV, aseguraba que el 80% de las cláusulas del mismo, están siendo desconocidas por PDVSA y sus empresas mixtas.
Mientras se realizan congresos oficialistas, de formas rimbombantes y al calor de los recursos del Estado, más 800 obreros de 12 centrales azucareros en todo el país, están esperando la decisión del Ministro del Trabajo, quien debería ordenar sus respectivos reenganches, una vez que el General Wilfredo Silva, desde su llegada como interventor, se ha ensañado con los mismos al provocar estos despidos masivos, mientras el país sigue sumergido en su peor crisis de escasez, con el producto que endulza a los venezolanos.
En el acto de toma de control de la Planta de Gas, en Monagas, por allá por el 21 de mayo de 2009, quien hoy descansa en el Cuartel de la Montaña, se atrevió a señalar que el papel de la clase obrera venezolana debe ser vital en la construcción del nuevo modelo histórico. Tomen cada día más conciencia del tremendo papel que tienen ustedes encima, de la gran responsabilidad, tengan conciencia de clase, ustedes son no de la clase alta, ni de la clase media, ni de la clase baja, ustedes son de una sola clase y eso se llama la clase obrera venezolana.
A decir verdad, Nicolás es un obrero que ha llegado donde está, más por su condición de activista político que por su origen proletario. Asumirá el reto nuestro ex dirigente sindical de cumplir lo anunciado por su predecesor, en torno al papel de la clase obrera o simplemente estaremos de nuevo en presencia de otra revolución traicionada. Por los vientos que soplan, si se descuida una sola chispa le puede incendiar la pradera, en un país acosado hasta por una sequía inclemente.
DC/Abog. Douglas Zabala/ @douglazabala