Cuando vio que un número extranjero hacía titilar la luz de su celular, el corazón de la joven británica Alex Lanchester empezó a latir más fuerte, relata un artículo de The Mirror.
Habían pasado varios días desde la última vez que había hablado con su novio y prometido estadounidense, Tucker Blandford, y no podía esperar para decirle que ya había encontrado el vestido de la boda de sus sueños.
Esperaba hablar con él para discutir los arreglos que ya había hecho para el gran día -las invitaciones que había comprado, el fotógrafo que había reservado, los vestidos de las damas de honor que había elegido-. Y también porque quería decirle que contaba los días para volver a verlo.
Fue por esto que su sangre se heló cuando la voz al otro lado de la línea rompió en llanto y oyó las palabras: «Alex, habla el padre de Tucker. Es muy difícil decir esto… pero Tucker está muerto».
La sorpresa de la joven no podía ser mayor cuando escuchó que su prometido sufría secretamente de depresión y que se había suicidado arrojándose frente a un auto.
Angustiada, Alex se largó a llorar mientras luchaba por encontrarle sentido a lo que había oído. «No podía respirar», dice ella. «Fue devastador».
Pero todavía peor fue lo que estaba por venir. Desesperada por lo sucedido, Alex llamó la madre de Tucker para trasmitirle su pésame por lo sucedido y con eso descubrió que la mujer no tenía ni idea de lo que Alex estaba hablando.
Todo había sido una cruel mentira. Recién en ese momento Alex se dio cuenta de que la persona que le había comunicado la dolorosa noticia no era otro que su novio -fingiendo su propia muerte para evitar su boda-.
«Lo único que hice fue amarlo», dijo la defraudada prometida. «Después de esto no estoy segura de poder volver a amar a un hombre», dijo Alex.
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