«Hasta esta mañana, hemos identificamos 22 nuevos casos. La respuesta de los equipos médicos y de entierro ha mejorado, ya que han podido enterrar entre 60 y 70 cadáveres en los últimos dos días», aseguró a Efe el médico Sarian Kamara, al frente de la coordinación de los equipos médicos durante el toque de queda.
«De no haber sido descubiertos, el nivel de transmisión habría aumentado enormemente», remarcó Kamara, que consideró que esta medida ha supuesto un avance en la lucha contra la enfermedad.
Hoy muchos residentes han podido salir a la calle tras permanecer encerrados en sus casas durante los últimos tres días, en un intento del Gobierno de contener la propagación del virus, que ya ha matado a más de 500 personas en el país.
Esta medida gubernamental fue criticada por muchos residentes y organizaciones internacionales, que consideraban que el encierro solo conseguiría minar la confianza entre los ciudadanos y los responsables de la salud pública.
Mabel Sandy, que vive en Lumley, localidad cercana a la capital de Sierra Leona, relató a Efe que estos últimos días fueron «un infierno» debido a las dificultades para alimentar a los siete miembros de su familia.
«Nunca estuve a favor de esta medida. La poca comida que teníamos se acabó el último día, y los niños lloraban de hambre mientras estábamos aquí encerrados. Fue un infierno», lamentó Sandy.
Otros residentes, sin embargo, la apoyaron, como es el caso de Kebbah Mariama, residente de la localidad de Kenema, en el este del país, y que perdió hace dos meses a su padre a causa del ébola.
«Creo que no vale la pena cuestionar la decisión del Gobierno de obligarnos a quedarnos en nuestras casas si eso va a ayudar a hacer frente al problema», afirmó Mariama.
Desde el viernes hasta el domingo, cerca de 30.000 voluntarios acudieron casa por casa para tomar la temperatura, repartir 1,5 millones de pastillas de jabón e informar a los ciudadanos sobre las medidas para prevenir el ébola.
«En general, la medida ha tenido éxito. Estamos convencidos de que los problemas iniciales a los que nos enfrentábamos se han reducido», señaló este fin de semana el portavoz del ministerio de Sanidad, Sidi Yahya Tunis.
Así, explicó, «nuestro objetivo era legar a todos los hogares del país y asegurar que todas las familias tuvieron la información adecuada sobre el ébola».
Para garantizar el cumplimiento de este «cierre» del país, el Gobierno reforzó la seguridad en las calles de Sierra Leona con un amplio dispositivo policial, aunque finalmente no se registró ningún incidente relevante.
Sierra Leona, con más de 1.600 casos, es el segundo país de África Occidental donde se han registrado más enfermos de ébola, de los que más de 500 han muerto.
Este brote de ébola, el primero que se detecta en África Occidental, surgió el pasado mes de marzo en Guinea Conakry y se extendió posteriormente a Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Senegal.
Desde entonces, el virus ha contagiado a más de 5.500 personas y ha matado a más de 2.600, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El ébola, que se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados, causa hemorragias graves y puede tener una tasa de mortalidad del 90 %.
EFE