“Me puse a pensar: ¿cuánto se pueden tardar en construirnos una cancha? Las repuesta es: como cinco años. No podemos esperar tanto. Reuní a los jóvenes del barrio y les dije: ¿quieren un una cancha o una plaza? Tenemos que hacerla solos”. Antonio Palencia, líder comunitario del sector cinco del barrio La Trinitarias, decidió guiar a los jóvenes del lugar en el proceso de limpieza y adecuación de un terreno desocupado que luego se convirtió en un área de esparcimiento para la comunidad.
“Yo tengo dos hijos, uno de cuatro y otro de dos. En el barrio hay muchos chamos que no hayan que hacer en las tardes después de llegar de la escuela. No podemos dejar que poco a poco los muchachos se vayan alejando de la familia y de las actividades sanas. Tenemos que ofrecerles la oportunidad de desarrollarse, bien sea en los estudios o el deporte. Y la verdad es que no podemos esperar a que consoliden el barrio para que nos construyan la cancha”.
El espacio que prepararon los jóvenes en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante no tiene piso ni techo, pero recibe a casi 100 jóvenes todas las tardes. “Le preguntas a los adultos ¿qué quiere para la comunidad? Y dicen que servicios públicos, pero los jóvenes responden que una cancha. Esto hay que aprovecharlo para darle otra cara a la comunidad”.
Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia Zulia, aseguró durante su visita al sector, que esta iniciativa de los jóvenes no debe ser desestimada. “Aquí necesitan una consolidación completa del barrio porque no tienen nada, pero además deberían aprovechar esta iniciativa de los jóvenes para proveerlos de espacios y materiales deportivos. El oeste de la ciudad necesita espacios para que los chamos dejen el ocio, espacios donde se derrote la violencia. Donde hay inseguridad y drogas muchas veces hay irresponsabilidad de los padres, pero como vecinos también tenemos nuestra cuota. ¿Qué hacemos nosotros por ellos? Allí debemos estar quienes creemos que con educación, trabajo y deporte se solucionan estos problemas”.
Andrea Aragón, estudiante de Biología de 18 años, aseguró que en la comunidad existen todos los problemas, pero que el principal es la inseguridad. “A lo que se oculta el sol, nos ocultamos nosotros también. El encierro previene algunas cosas, pero a veces hasta se meten a robar a los patios. Nosotros podemos vivir sin agua, sin aseo, sin gas y sin cloacas; pero con la angustia de que te pueden matar para quitarte un teléfono no puede vivir nadie. Como jóvenes hacemos un llamado para que los policías ataquen la inseguridad y que la Alcaldía y la Gobernación nos dé todo lo demás”.
DC/ NP