La presidenta chilena, Michelle Bachelet, prometió ayer aplicar “todo el peso de la ley” contra los autores del atentado explosivo al tren subterráneo de Santiago de Chile, que el lunes dejó 14 personas heridas.
“No nos va a temblar la mano”, dijo la mandataria, tras encabezar una cumbre del Consejo de Seguridad en La Moneda. “No permitiremos que un grupo de terroristas y cobardes afecten nuestra vida”, ahondó.
El fiscal Christian Toledo, a cargo de las pesquisas, confirmó por su parte que existen vídeos que muestran a más de dos jóvenes presuntamente poniendo la bomba, un extintor relleno de pólvora.
“No vamos a difundir las imágenes por ahora”, añadió.
La policía, a través de Twitter, demandó a la población ayudar en la ubicación de los culpables. “Se encarga vehículo Opel Corsa color rojo con dos sospechosos de treinta años”, dijo la institución.
Las autoridades, que definieron el hecho como un acto “terrorista” y “criminal”, también pidieron a la ciudadanía llamar a la policía ante cualquier indicio sospechoso.
“La colaboración de la comunidad resulta fundamental, necesitamos una actitud vigilante”, sostuvo Bachelet sobre la explosión de este lunes en la estación Escuela Militar del tren subterráneo.
Por lo menos tres avisos, que resultaron falsos, obligaron hoy a movilizar a comandos antibombas hacia diferentes puntos de la capital, obligando a suspender las operaciones del metro por momentos.
El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, quien confirmó el despliegue de cientos de policías encubiertos en el tren subterráneo, recordó que en los últimos nueve años hubo 300 atentados en el país.
Desde la oposición, que calificó el hecho como el peor atentado terrorista en más de 20 años, surgieron voces contra la política de seguridad del gobierno, que asumió el poder en marzo.
“El Ministerio del Interior ha sido sobrepasado por los hechos de violencia”, reclamó el senador conservador Víctor Pérez, de la Unión Demócrata Independiente.
“Ha habido ceguera y sordera ante el terrorismo”, agregó el diputado Ernesto Silva de la misma colectividad.
Otros líderes de la oposición pidieron cooperación. “El terrorismo se combate con decisión, firmeza y con unidad nacional”, dijo la senadora Lily Pérez tras reunirse con el ministro Peñailillo.
Hasta ahora ningún grupo se atribuyó la acción, aunque aparecieron consignas firmadas con el símbolo de los anarquistas. “La próxima bomba será en un bus”, rezaba una de ellas.
La policía y los equipos de inteligencia trabajan con todas las hipótesis posibles e investigan una publicación aparecida en la revista digital panoramanews.cl, dirigida por Patricio Mery.
“Seguirán las bombas y la próxima será en Juan Maestro cerca del Metro Escuela Militar”, publicó el medio presuntamente a las 00:17 horas del lunes, catorce horas antes del ataque.
Entre las víctimas, trabajadores y usuarios del tren subterráneo, nueve fueron dadas ya de alta y cinco permanecen internadas, entre ellas un venezolano de 36 años.
En medio de la vorágine, el canciller Heraldo Muñoz descartó que el hecho provoque un retiro de las inversiones extranjeras en Chile. “Solo he recibido muestras de seguridad”, dijo.
Sin embargo, dirigentes empresariales mostraron cautela y miradas dispares.
“A lo menos ésta es una alarma que recogen los distintos cónsules y embajadores de los países que tienen representación en Chile”, dijo el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Ricardo Mewes.
“No creemos que vaya a haber un impacto directo. Si bien es grave, no fue una cosa como las Torres Gemelas”, matizó el vicepresidente de la Federación de Empresas de Turismo, Eugenio Yunis.
Agencias/DC