El complejo conspiranoico que caracteriza al oficialismo parece no tener límites, y es que si bien hemos visto a figuras no precisamente extraoficiales como el presidente Maduro, asegurando que el “imperio” nos ataca ahora con una guerra bacteriológica, muchos de sus seguidores, lejos de hacer gala de sentido común, se hacen eco de sus palabras y redactan panfletos (por no decir otra cosa) que lejos de estar basados en investigaciones serias o sustentadas en algo concreto, solo son invenciones que la quieren vender como verdades absolutas para hacerle creer a sus seguidores que el Gobierno chavista es el bien en la tierra, y que Estados Unidos es el mal que nos quiere destruir.
El articulista del portal oficialista Aporrea, Luis Lira Aponte, publicó por dicho medio la noche de ayer, un articulo donde asegura que el Chikungunya es un arma biológica del imperio, que la ejecuta contra la población venezolana para desestabilizar al Gobierno y facilitar una futura invasión. En fin, el cuento chino que nos vienen vendiendo desde hace 15 años y que no tiene ni una sola prueba.
Sin más preámbulos, aquí le dejamos un escrito que puede servir para reírnos un rato de las bizarras ocurrencias que algunas personas la toman como cierta, y que no hacen más que desviar la atención de las verdaderas calamidades que vive el país por culpa de un Gobierno que desde hace casi dos décadas se acostumbró a verle la cara de tonto al venezolano.
Chikunguya un arma biológica del Imperio
Es terrible la situación que vive nuestro pueblo por la alta cantidad de ciudadanos que han sufrido está enfermedad, generalmente no es mortal, pero, sí no es atendida rápidamente puede generar serías complicaciones en la salud de las personas. Situaciones como está crean cierta suspicacia y nos preguntamos ¿Como un virus con características tan extrañas entra en Venezuela y se disemina sin control?; y además aprovecha un vector endémico en la zona tropical como es el mosquito Aedes (en sus dos variedades) que junto al mosquito Anopheles transmisor del paludismo, son los asesinos más mortíferos del planeta.
Por años los imperios han usado este tipo de tácticas para diezmar las filas detrás las líneas enemigas, con el único propósito de la ejercer supremacía numérica al momento de la batalla.
Hoy el imperio de las transnacionales farmacéuticas protegidas y direccionadas desde Washington, según documentos desclasificados, afirman, han lanzado innumerables ataques a pueblos del mundo para poner a prueba sus medicamentos sintéticos que posteriormente son comercializados en el mercado internacional y así generar cuantiosas ganancias a merced de la salud de seres humanos inocentes.
En la actualidad la posición de Venezuela, ha sido determinante en los cambios y el enfoque crítico de Latinoamérica frente a las pretensiones de las potencias extranjeras de ejercer dominio absoluto en la política interna, la economía y la integración de nuestras naciones, situación que desenfrena a un imperio sin moral y sin principios éticos, que arremete con cualquier herramienta disponible y sin medir las consecuencias.
Hechos como este fueron superados por la hermana nación cubana, a la que se le contamino con una mortal epidemia de Dengue que afecto a gran parte de su población en la década de los ochenta, o la ola de enfermedades venéreas vilmente inoculadas en los años setenta en gran parte de Centroamérica.
Casos y situaciones como las anteriormente descritas obligan a nuestro gobierno a cerrar filas en el área epidemiológica, tomando acciones contundentes para concientizar a todo nuestro heroico pueblo, sobre las amenazas que impiden el buen desenvolvimiento de sus labores diarias y que además generan temores que afectan el psiquis del colectivo.
En síntesis, el que no crea que el imperialismo ambicioso, explotador e inhumano existe, comience a creer, porque esto es sólo el inicio de una conflagración de 4ta generación, que comenzó con la guerra económica y ahora se eleva una fase superior llamada la guerra biológica.
Amanecerá y veremos, Dios bendiga a la Patria de Bolívar y de Chávez.
Luis Lira Aponte
DC/Luis Orozco/@diariocontraste/@luisfran1