Manos que construyen con sello de mujer

Mis manos tiemblan un poco, respiro profundo y logro calmarlas, tomo la pinza y coloco otra pieza más. Con un pincel fino, con las cerdas del grosor de un hilo, doy uno de los toques finales. Manos no tiemblen por favor, porque arruinamos el barco.

Soy modelista. Mis manos, aunque no son perfectas saben moverse con suavidad. Debido a unas operaciones, de las que no me gusta mucho hablar, no quedaron en la mejor forma. Pero son mías, y soy terca, así que ellas saben que deben cooperar.

Mi pasión en la vida es simple, construir barcos a escala, hoy ya con más de 30, no les diré el pico,  tengo más de 15 años dedicada a esta profesión.

Ybelis Ferrer aun recuerda su primer trabajo. «Fue un kit muy particular, era para armar unos pequeños barcos romanos y egipcios». Pero no fue sino hasta después de graduarme como Técnico en Diseño Gráfico a los 19 años cuando me atreví a armar un modelo: el Ark Royal de Limbert, escala 1:350.

Ybelis proviene de una familia de ebanistas por lo que una pieza faltante en un kit no es un problema para ella. Con paciencia y destreza la crea para que su proyecto no pierda la perfección que la caracteriza.

Al preguntar ¿Qué es necesario para ser un modelista? La primera palabra que salta a sus labios es paciencia. “para ser un buen modelista se necesita el deseo, la paciencia, el ingenio y el corazón de armar algo, para mí el modelismo es mi vida, no sabría hacer otra cosa.

@argemarybernal