Son personas que deben ir a la farmacia tres veces a la semana, llevarle comidas y enseres a sus parientes hospitalizados y buscar por emergencia a los médicos. Se les “para” la vida cuando ingresan a sus familiares a los centros de salud públicos.
Dejan de trabajar, circunstancia que no ayuda cuando garantizarle el suministro de insumos es la regla. El Ministerio de Salud determinó hace un par de días que en el Servicio Autónomo Hospital Universitario de Maracaibo (SAHUM) se garantizan los insumos, aun así la gente va a la farmacia cada siete días y gasta hasta mil 200 en algodones, yelcos, jeringas, agujas, mariposas, alcohol, agua destilada, gasas y medicamentos como profenil que escasean en el HUM según pacientes y familiares.
A quienes esperan cirugías y pasan enfermedad en el Universitario “le piden de todo”, denunció Enrique Pérez, padre de una muchacha con litiasis renal. “Me piden hasta la sonda porque no hay. El equipo completo cuesta 700 bolívares. Debo comprarlo porque mi hija no puede levantarse para ir al baño”.
Sus recorridos por las farmacias se toman un día entero. Ya no compara precios porque “igual todo está caro”. Cada vez que regresa con las compras hechas, tiene mil 200 bolívares menos en su cuenta bancaria.
Marisol Vera tiene a su tía en la Sala de Observación. Ingresó hace cinco días luego de un infarto. Mientras espera a las afueras de la emergencia de adultos, donde ella prácticamente “acampó”, se quejó de la falta de suministros en el hospital. Adentro no hay nada, dijo, pero basta pasar por los puestos de los vendedores informales y se ven las cajas repletas de inyectadoras, algodones, pañales, toallas húmedas, centros de camas y otros materiales.
El Ministerio de Salud recorrió los depósitos del SAHUM y, según nota de prensa, corroboró la existencia de insumos y medicamentos.
También evaluaron el estado en que se encuentran los hospitalizados que esperan turnos quirúrgicos.
DC/VersiónFinal
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