El papa Francisco alabó el domingo en Tirana la coexistencia pacífica entre las religiones que se da en Albania y afirmó que nadie puede «tomar como pretexto la religión” para justificar la violencia.
«Que nadie piense que puede escudarse en Dios cuando proyecta y realiza actos de violencia y abusos”, dijo el papa Francisco ante los dirigentes albaneses al llegar a Tirana, la capital albanesa.
«Que nadie tome la religión como pretexto para las propias acciones contrarias a la dignidad del hombre y sus derechos fundamentales, en primer lugar el de la vida y el de la libertad religiosa de todos”, agregó Francisco.
El papa, de 77 años, que parecía pálido y cansado, saludó calurosamente la «noble tierra de Albania, tierra de héroes, que sacrificaron su vida por la independencia del país, y tierra de mártires, que dieron testimonio de su fe en los tiempos difíciles de la persecución”.
El papa elogió la actitud de los dirigentes políticos y religiosos de Albania.
«El clima de respeto y confianza recíproca entre católicos, ortodoxos y musulmanes es un bien precioso para el país y que adquiere un relieve especial en este tiempo en que, de parte de grupos extremistas, se desnaturaliza el auténtico sentido religioso y en que las diferencias entre las diversas confesiones se distorsionan e instrumentalizan, haciendo de ellas un factor peligroso de conflicto y violencia”, dijo el papa.
«Lo que sucede en Albania demuestra en cambio que la convivencia pacífica y fructífera entre personas y comunidades que pertenecen a religiones distintas no sólo es deseable, sino posible y realizable de modo concreto”, sostuvo Francisco.
«La convivencia pacífica entre las diferentes comunidades religiosas es un bien inestimable para la paz y el desarrollo armonioso de un pueblo. Es un valor que hay que custodiar y hacer crecer cada día, a través de la educación en el respeto de las diferencias y de las identidades específicas”, agregó.
«Que Albania pueda continuar siempre en este camino, sirviendo de ejemplo e inspiración para muchos países”, insistió.
El papa exhortó a los dirigentes y a los jóvenes albaneses a responder a los «nuevos desafíos”.
«En un mundo que tiende a la globalización económica y cultural, es necesario esforzarse para que el crecimiento y el desarrollo estén a disposición de todos y no sólo de una parte de la población. Además, el desarrollo no será auténtico si no es también sostenible y ecuo, es decir, si no tiene en cuenta los derechos de los pobres y no respeta el ambiente”, dijo.
DC/Agencias
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