Los parques nacionales en Venezuela generan más de lo que reciben. Muestra de esto es la zona de protección de Canaima, que sólo en producción hidroeléctrica generó al país en 2007 un ahorro petrolero cercano a $ 56 millones, monto semejante al presupuesto nacional de ese año.
Entonces, si sólo Parque Nacional Canaima aporta más de 3.000 millones de dólares anuales a la nación, ¿por qué el presupuesto del antiguo Ministerio de Ambiente, escasamente ha representado en la historia de este país el 1% del presupuesto nacional, para un total de 65 parques nacionales que dependen del Instituto Nacional de Parques (Inparques)?.
Según cifras publicadas por la Fundación Tierra Viva, el Parque Nacional Morrocoy y sus servicios turísticos, representan cerca del 50% de las fuentes de empleo en los municipios colindantes; cerca del 40% de la población del archipiélago de Los Roques depende económicamente del turismo y el Parque Nacional Sierra Nevada genera 236 empleos directos a habitantes de Gavidia y Los Nevados.
Por el Día del Turismo
El día de ayer, 27 de septiembre, se celebró en el mundo el Día del Turismo, por lo cual resulta propicio preguntar: ¿realmente se retribuye a los parques nacionales lo que estos aportan al país?, no sólo en materia turística, sino a través de sus recursos naturales, cuencas hidrográficas y como pulmones vegetales.
Tal interrogante cobra fuerza si se toman en cuenta las declaraciones del ministro del poder popular para el turismo, Andrés Izarra, quien ha afirmado que el 70% del turismo interno de Venezuela se realiza en parques nacionales.
Si bien el Ministerio de Turismo realiza constantes inversiones en estas zonas de protección, como las recientemente anunciadas para Canaima y Morrocoy, visitantes, posaderos y prestadores del servicio turístico en parques nacionales como Dinira, estado Lara, esperan por un apoyo del Ejecutivo, en cualquiera de sus tres niveles.
Andreína Palacios, gerente de una posada ubicada en los bordes del referido parque, asegura que si bien se ha recuperado la carretera que conduce a lo interno hacia la cascada del Vino, no funcionan los baños ni el cafetín de esta área de protección.
Denuncia que las carreteras que conducen al parque desde El Tocuyo y desde la autopista Lara-Trujillo se encuentran en deplorables condiciones y esto los mantienen incomunicados con otras comunidades.
Por su parte, Audra Gallo, asidua visitantes del Parque Nacional Terepaima, denuncia falta de seguridad en el referido parque. Comenta que son pocos los guardaparques que allí prestan servicio y por no haber resguardo de efectivos de seguridad, estos se mantienen en las entradas del parque y nos prestan el servicio en otras áreas.
Visitantes denuncian temor. No recorren otras zonas de la reserva natural por miedo a ser víctimas del hampa.
Caso similar manifiestan quienes visitan el Parque Nacional Saroche, escenario representativo de la zona xerófila larense, donde los visitantes no cuentan con baños públicos, cafetines o áreas de atención médica cercanas.
Paola Gudiño, habitante de Carora, afirma que al acudir a este parque se debe hacer en grupos numerosos, a fin de brindarse entre sí apoyo y protección. También deben acudir equipados de hidratación y alimento.
Aseguran que en escasas ocasiones se han encontrado con representantes de Inparques o personal calificado que brinde guía. Larenses lamentan que no se preste la inversión ni se brinde el cuidado que requiere a zonas de protección como las ya referidas, puesto que de la actividad de estos parques también dependen económicamente las familias que hacen vida alrededor de los mismos, como prestadores rurales del servicio turístico.
El estado Lara cuenta con cinco parques nacionales, en su mayoría resguardados para brindar protección a nacientes o cuencas hidrográficas de donde se extrae el agua de consumo para la población.
Es de destacar que estos parques también han sido decretados como tal, a fin de preservar especies animales en peligro de extinción como el paují copete de piedras y el oso frontino.
Los parques nacionales en Venezuela representan el 16,6% del territorio nacional. Poco más de 2.000 personas laboran en Inparques y dos terceras parques de esta cifra trabajan en oficina.
En promedio un guardaparques tiene la responsabilidad de cuidar aproximadamente 430 kilómetros cuadrados, colmados de riqueza y belleza incalculables.
Rosmir Sivira/El Impulso