Los venezolanos Roberto Rosales y Juan Pablo Añor, fueron titulares esta tarde en el partido donde el Málaga empató a cero goles contra el Barcelona, certificando un comienzo de temporada titubeante para los dirigidos por Luis Enrique, quienes a pesar de no haber recibido aun ni un solo gol, se están caracterizando más por la irregularidad de su juego que por su fiabilidad defensiva.
Con un gran orden táctico y una entrega de equipo grande, la escuadra andaluza supo aprovechar el flojo partido de los azulgranas, capitalizando los espacios para imponerse sobre el terreno juego, faltándoles solamente el gol para ser recordado estos 90 minutos como un momento para la historia.
El Barcelona por su parte, sufrió las rotaciones realizadas por su técnico, destacándose en esta especie de “cadáver exquisito”, un Gerard Piqué que parece acercarse al gran nivel mostrado en el 2009, y un Messi que si bien fue de más a menos, solo le basta con una genialidad para definir cualquier encuentro.
Mencion honorífica se llevo el vinotinto Juan Pablo Añor, quien realizó un magnifico partido que llevara siempre en su memoria, inmortalizándose en el minuto 85, cuando fue retirado en detrimento de Recio, llevándose una cerrada ovación de un estadio La Rosaleda que se encuentra a merced de la elegancia y calidad técnica del venezolano.
Rosales por otro lado, disputó todo el partido, convirtiéndose en una roca por la banda derecha, cortando una y otra vez los avances azulgranas, y proyectándose al area en varias ocasiones, llegando a finalizar con un fuerte disparo una jugada que casi termina en gol. Su linealidad aparece ensombrecida por esporádicas lagunas que tendrá que corregir, las cuales suelen terminar en peligro para su equipo.
Venezuela celebra el empate no tanto por la parcialidad hacia alguno de estos dos equipos, sino por la colorida consagración que viven nuestros jugadores.
DC/Luis Orozco/@diariocontraste/@luisfran1