Luca Cordero di Montezemolo dejará el 13 de octubre el mando de la firma de autos de lujo Ferrari y su lugar será ocupado por Sergio Marchionne, quien también se desempeña como presidente ejecutivo del grupo italiano Fiat.
La salida de Montezemolo, anunciada este miércoles por la matriz Fiat, era ampliamente esperada tras una escalada de enfrentamientos entre los dos ejecutivos sobre la estrategia y el papel de la empresa de autos deportivos de lujo dentro del grupo automotriz.
Las acciones de Fiat habían subido un 2,9 por ciento a las 1057 GMT, frente a una caída del 0,1 por ciento del índice de acciones preferentes de la bolsa de Milán. Montezemolo, presidente de Ferrari desde 1991, quiso mantener la autonomía de Ferrari, mientras que Marchionne estuvo presionando por integrar el negocio dentro de Fiat a fin desu ascenso a la alta gama del mercado de automóviles para rivalizar con Volkswagen y BMW.
La renuncia del 13 de octubre coincide con el día en el que Fiat, propietaria del 90 por ciento de Ferrari, planea registrar Fiat Chrysler Automobiles en Nueva York tras completar la fusión con su negocio estadounidense, cimentando el desplazamiento del grupo italiano de su casa sede durante los últimos 115 años. «Ferrari tendrá un papel importante en el Grupo FCA en la próxima salida a bolsa en Wall Street.
Esto abrirá una nueva fase, que yo pienso que debería estar dirigida por el presidente ejecutivo del grupo», dijo Montezemolo en un comunicado.
Marchionne dijo que él y Montezemolo habían discutido el futuro de Ferrari profundamente y que su «deseo mutuo de ver a Ferrari cumplir su verdadero potencial en la pista (de Fórmula Uno) ha llevado a malentendidos, que quedaron muy visibles la semana pasada».
El presidente de Fiat dijo el domingo que la decepcionante actuación más reciente de la escudería Ferrari en la Fórmula Uno era «inaceptable» y que era «absolutamente innegociable» que el equipo debe ganar carreras siempre.
En las dos décadas de presidencia de Montezemolo, Ferrari llegó a lo más alto de la clasificación de la Fórmula Uno, incrementó por 10 los ingresos y triplicó el volumen de ventas mientras el negocio familiar crecía para convertirse en una de las marcas más poderosas del mundo.
Reuters/DC