Cada 2 de noviembre se celebra el Día de los Muertos o Día de los Difuntos para elevar una oración por quienes han dejado este mundo, especialmente por los que están en el Purgatorio.
Su conmemoración se remonta al año 998, cuando por orden del monje benedictino San Odilón en todos los monasterios bajo la tutela de la abadía de Cluny se fijó como fecha de celebración el día posterior al de Todos los Santos.
En 1914 el papa Benedicto XV autorizó a los sacerdotes celebrar tres días de misa por los difuntos, costumbre que se extendió especialmente en España, Portugal y América Latina.
La celebración en algunos lugares se ofrenda con comida, bebidas, flores y regalos a los difuntos para ayudarlos en su andar por el inframundo, mezclando creencias paganas prehispanas con la celebración cristiana.
DC/Globovisión
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