El Real Madrid derrotó este martes un gol por cero a su similar del Liverpool, en el partido correspondiente a la cuarta jornada de la Uefa Champions League, donde los dirigidos por Carlo Ancelotti se adelantaron gracias a un gol de Karim Benzema.
La escuadra “merengue” vive un estado de permanente felicidad y no tiene la menor intención de bajarse de la nube en la que se ha instalado. Su fútbol empieza a recordar a aquellas viejas orquestas que tocan de memoria cualquier melodía, porque su caudal de talento parece por momentos inagotable.
El Liverpool saltó al Bernabéu con la noble intención de plantar cara a la pléyade de estrellas que dirige Carlo Ancelotti, pero la realidad fue tan tozuda que acabó enarbolando la bandera blanca de la rendición, por más que el marcador no reflejase las actuales diferencias entre uno y otro equipo.
Nada que reprochar a los hombres de Brendan Rodgers, que por cierto dejó a varios de sus pesos pesados en el banquillo pensando en el duelo del próximo sábado contra el Chelsea. Una declaración de intenciones en toda regla que ejemplifica hasta qué punto el técnico de los ‘reds’ daba casi por perdido el encuentro de Chamartín de antemano.
Un análisis bastante sensato de la realidad, porque este Madrid le puede hacer un destrozo a cualquiera. Los ‘reds’ ya lo vivieron en el encuentro de Anfield, sumándonse a la larga lista de ‘víctimas’ de un equipo en estado de gracia.
Y es que sus argumentos futbolísticos son tan notorios y abundantes que es casi obsceno. Hasta tal punto, que no necesita que Cristiano brille especialmente para superar al rival de turno. Ya pasó el día del Barcelona y este martes, frente al Liverpool, ha vuelto a pasar.
Que la estrella de tu equipo no esté entonado suele ser un problema para la mayoría de los clubes del mundo pero si en tus filas juega gente como James, Benzema, Isco, Kroos y Marcelo, las penas suelen pasar de largo.
Partidazo del francés, que volvió a ver puerta en su competición talismán. Ya son cinco los goles que suma esta temporada en Champions, cerrando de paso cualquier debate sobre su presencia en el once. Puede que haya que buscarle un hueco a Bale, pero no a su costa.
Marcelo fue el otro motor del triunfo. El brasileño ejerció de estilete en una noche que Manquillo tardará en olvidar. Suyo fue el pase del único tanto y suyo el que permitió a Bale reventar el travesaño en la mejor ocasión merengue del segundo acto.
Ni la inevitable relajación en la que cayeron los blancos tras el descanso permitió al Liverpool soñar con el empate. La primera parte había sido un baño de dimensiones históricas, con 13 remates locales por ninguno de los ingleses, así que el exiguo 1-0 del marcador era el clavo ardiendo al que se aferraban los ‘reds’.
Pero ni por esas. Apenas unos minutos de cierto empuje en los que Lallana dilapidó la mejor chance inglesa con un disparo que ni siquiera vio puerta. Eso fue todo lo que se supo del Liverpool en Chamartín, que dio escasos motivos para la fiesta a su ruidosa y numerosa hinchada.
El Madrid en cambio fue una constante amenaza, un vendaval futbolístico que sólo encontró respuesta en los atareados puños de Mignolet. La falta de puntería no debe restar méritos a los jugadores blancos, que volvieron a ofrecer un espectáculo edificante.
Es por eso que el Bernabéu sonríe. Porque la música suena y suena y nadie quiere perderse el baile. Los virtuosos de Ancelotti empiezan a tocar de memoria y con esos argumentos, ningún rival está a salvo.
Resultados de hoy.
Malmoe – Atlético 0-2
Juventus – Olympiacos 3-2
Madrid – Liverpool 1-0
Basilea – Ludogorets 4-0
Zenit – B. Leverkusen 1-2
Benfica – Mónaco 1-0
Arsenal – Anderlecht 3-3
Dortmund – Galatasaray 4-1
Marca | DC