Aquí entre el chikungunya, la basura, la inseguridad, la inflación, la escasez, el desabastecimiento y este gobierno.
Así se responde por doquier al saludo de alguna persona amiga, un familiar o vecino, para indicar que todo anda mal, el diario conversar es un ritornelo que gira siempre alrededor de los problemas, es como un desahogo, que es replicado por el otro “sí, así andan las cosas en este país, esto se lo llevó quien lo trajo”. Como un consuelo queda el saber que no se está solo con las penurias, que las mismas golpean a todos, a excepción de la Boliburguesía y los enchufados, que disfrutan de las mieles del poder.
En el 2011 la Organización Panamericana de Salud advirtió la necesidad de un plan de prevención contra el virus Chikungunya en las Américas, mejorando los programas para el control del dengue, pues ni lo uno ni lo otro se hizo, porque el número de casos de dengue aumentó en 54% y el Chikungunya ha afectado a más de 4 millones de personas. La reaparición de enfermedades, la crisis hospitalaria y la escasez de las medicinas, colocan en evidencia la inercia del gobierno y su incapacidad.
La salud está enferma, pero no es la única, lo está también la economía, la educación y los servicios públicos en general. Son más de 7 plagas las que nos han caído, y para colmo el petróleo, nuestro único sostén, el que produce el 97% de las divisas al país, está bajando de precio. Si con el barril a un promedio de 100 dólares lo hemos pasado tan mal, que nos espera para el 2015 si continúa bajando. Esta situación debe ser motivo de honda reflexión y preocupación. Para las mayorías ya luce insoportable este régimen, el descontento que no baja del 70% hace prever un 2015 mucho más conflictivo, por lo que los opositores debemos echar a un lado las sandeces y ocuparnos de unir a esas mayorías, articular sus luchas, ofrecer un proyecto de cambio que exprese de verdad un compromiso social y nos conduzca al desarrollo nacional.
La clave para el proyecto, es combinar tres ejes realizables e ineludibles: 1. El Estado debe promover la producción nacional y reactivar el aparato productivo, enmarcado en un plan de desarrollo económico, sostenible, soberano e independiente, para atacar el desempleo, la inflación e ir amainando en forma progresiva la pobreza; 2. Garantizar salud, educación, seguridad y servicios públicos de calidad, dejándole a la sociedad las cosas que ella sabe hacer, partiendo de su organización y participación; 3. Reinstitucionalizar el país sobre la base de una sólida democracia, inclusiva, transparente y con respeto absoluto de la disidencia y de los derechos humanos.
Sabemos que la lucha política es muy compleja y el país está demasiado enredado y anarquizado, pero las soluciones señaladas no son cosa del otro mundo, menos cuando ha habido un intenso debate nacional sobre el rumbo que debe tomar el país, además, se cuenta con una reserva moral de proporciones inimaginables, no sólo la intelectualidad, la academia, los profesionales, técnicos, científicos, también está la clase trabajadora y este pueblo humilde, sobre quienes ha caído todo el peso de la crisis, y que estamos seguros empujarán en la dirección correcta.
DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia /@golfredodavila