Gobierno impone la Barbie »socialista» en el mercado nacional

Madres, abuelas y niñas han venido desocupando las estanterías decoradas por las Barbies, a lo largo y ancho de Caracas, cuando se enteraron de que el Gobierno ordenó a grandes almacenes y tiendas de cadena a vender la codiciada y escultural muñeca de plástico a precio de ganga, durante esta temporada navideña.

Crystal Casanova, por ejemplo, apenas tuvo tiempo de decorar la vitrina del almacén con las relucientes cajas de fondo rosa cuando una horda de mujeres arribó a la tienda donde trabaja. No tuvieron que convencer a nadie de que se llevara la estilizada figura de plástico, de pelo rubio liso y curvas perfectas,  pues las clientas directamente las sustraían de las cajas de cartón que vienen con el sello de la compañía estadounidense Mattel.

En cuestión de minutos, las compradoras barrieron con las existencias de Barbies, vendidas al módico precio de 250 bolívares; unos 2.50 dólares de acuerdo con la tasa del mercado negro del dólar.

Desde hace varios años, el Gobierno de Venezuela ha impuesto un control de precios para productos de primera necesidad como la leche, los pañales, o los detergentes.

La medida ha sido acompañada del anuncio de la pena de cárcel a los minoristas que acumulen bienes y luego los vendan a un precio superior al que las autoridades consideran como margen justo de ganancia.

Críticos de estas medidas dicen que estos controles desalientan las importaciones y constituye una de las principales razones de la crónica escasez de productos que padece el país.

Andrea Alberto, estudiante de 22 años, logró agarrar del anaquel de un almacén varias muñecas mientras su hija de tres años la miraba con algo de perplejidad. Bajo su brazo tenía la Barbie porrista, con sus pompones de espuma, y que en Estados Unidos cuesta unos 24 dólares.

El año pasado Alberto tuvo que pagar mucho más para poder poner una muñeca de marca bajo su árbol de Navidad. La Barbie más básica cuesta, en condiciones normales, unos 500 bolívares, lo que representa tres días de trabajo para alguien que gana el salario mínimo.

Otros modelos más elaborados de la muñeca pueden costar unas siete veces más.

El Gobierno ha dicho que los minoristas pueden hacer dinero vendiendo el juguete, aún bajo la política de control de precios.

Gremios de empresarios argumentan tienen que vender el producto a pérdida, aunque los minoristas se negaron a comentar sobre el caso específico de las Barbies.

El propio Gobierno también ha vendido productos que gozan de generosos subsidios durante estas fiestas. A comienzos de mes, cientos de venezolanos acamparon durante una noche antes de que se abrieran las puertas de una feriA y tener así un chance de comprar televisores de plasma, computadoras y refrigeradores a precios muy asequibles.

Con las carencias diarias que obligan a los venezolanos a hacer largas filas para comprar leche y otros productos básicos, la cruzada por reducir los precios de las Barbies y la organización de ferias para comprar productos baratos, son bienvenidas por la gente, incluso por quienes han sido críticos.

“Es por su culpa que estamos metidos en este lío”, dice Alberto, mientras se ríe con sus amigos en referencia a Chávez. “Pero supongo que tengo que aceptar que esta vez me estoy beneficiando del chavismo”.

María González, que vive en uno de las barriadas pobres construidas en las montañas de Caracas, se hizo a dos Barbies vestidas para ir al gimnasio, que en Estados Unidos cuestan $19,5 dólares. Dice que sus nietas y sobrinas nietas aman las muñecas y que nunca había podido darse el lujo de comprar una.

“Van a sentir alegría, emoción”, dijo. ”Sabes cómo son las niñas con los muñecos”. Luego se fue a la parte posterior del almacén a ver si podía conseguir otra Barbie más.

DC /SuNoticiero

Foto: Web

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