El grupo inglés de rock Pink Floyd lanzó este lunes al mercado el que es su último disco, The Endless River, un álbum principalmente instrumental que dedica al fallecido tecladista Rick Wright. Al mismo tiempo que se ponía a la venta a través del sello Parlophone, este trabajo se presentó en un acto en Londres, en el que la música de la banda se acompañó de una instalación de luz y proyecciones psicodélicas como los temas que les llevaron a la fama en los años sesenta y setenta.
Una selecta lista de invitados acudió a la velada en el Porchester Hall de Battersea, donde los asistentes pudieron escuchar el disco sentados en mesas bajas iluminadas con lámparas marroquíes y entre perfume de incienso.
The Endless River recupera los sonidos del grupo en los años noventa y, según explicó anteriormente David Gilmour, uno de los productores junto con Phil Manzanera, Youth y Andy Jackson, bebe y se nutre de «la música que surgió de las sesiones de grabación de Division Bell en 1993″. En esas sesiones estaba presente todavía el tecladista Rick Wright, fallecido en 2008 y a quien sus compañeros Gilmour y el batería Nick Mason dedican el trabajo como un «homenaje póstumo».
«Escuchamos más de veinte horas de nosotros tres tocando y seleccionamos la música sobre la que queríamos trabajar para este álbum», afirmó Gilmour, quien señaló que se han añadido «partes nuevas» para convertir el trabajo «en un disco de Pink Floyd del siglo XXI». Tanto Gilmour como Mason tenían interés en que la obra, con destacada música de teclado, constara en su repertorio a fin de saldar su deuda con Wright, al que, admiten, no valoraron lo suficiente en vida.
«Fue subestimado por el público, por los medios de comunicación y a veces, odio decirlo, por nosotros mismos», dijo Gilmour en declaraciones a la BBC. «No siempre le reconocí debidamente. La gente tiene diferente actitud hacia su trabajo y podemos hacer demasiados juicios de valor y pensar que alguien no se está esforzando lo suficiente, sin darnos cuenta de que su esfuerzo es diferente», admitió.
Para Mason, el disco «es una gran oportunidad de reconocer, recordar y quizás dar más crédito, si bien un poco tarde», a Wright, que murió a los 65 años. «Creo que este álbum es una buena manera de reconocer mucho de lo que hacía y cómo su manera de tocar estaba en el corazón del sonido Pink Floyd», afirmó. «Escuchando de nuevo las sesiones recordé qué músico tan especial era», agregó el baterista.
El resultado es un álbum de cuatro caras al más puro estilo Pink Floyd, con sonidos surrealistas y casi étnicos, muy sugestivo y reminiscente de lo mejor del grupo. Con un único tema con letra, «Louder Than Words», que pone el punto final al álbum, el espíritu deThe Endless River lo captura la enigmática imagen de la portada, creada por el artista digital egipcio Ahmed Emad Eldin, de 18 años, y que muestra a un hombre «remando» en un mar de nubes. Aunque quizás poco sorprendente, The Endless River confirma la calidad musical de una banda legendaria, que compuso clásicos como «The dark side of the moon», «The wall» y «Wish you were here».
Hace unas semanas, Gilmour adelantó la inminente publicación del trabajo y, en una advertencia a sus admiradores, avisó: «Esto es lo último que sacaremos».
Pink Floyd se formó en Londres en 1965, siendo los componentes iniciales Syd Barrett, Nick Mason, Roger Waters y Richard Wright. El guitarrista David Gilmour se unió en 1967 y Barrett, que tenía problemas de salud mental, dejó el grupo un año después. Con sus letras filosóficas, su experimentación de sonidos y sus más de 300 millones de álbumes vendidos, Pink Floyd está considerado uno de los grupos musicales más influyentes del siglo XX.
EFE | DC