El FC Barcelona se ha puesto en guardia frente a la violencia a partir de los apuñalamientos que sufrieron dos aficionados del PSG la noche del viernes en las cercanías del Camp Nou y, de acuerdo con lo proclamado por su presidente, tiene la intención «firme» de acabar con ella.
«Estamos trabajando para que salga del deporte. Son dos conceptos totalmente incompatibles», aseguró Josep María Bartomeu, que se puso a disposición de la policía para esclarecer los hechos del miércoles, apartando al club de cualquier responsabilidad por cuanto sucedieron fuera del Camp Nou.
«No estamos hablando de un fenómeno generalizado ni de un problema estructural asociado al Barça. Son dos hechos muy desgraciados y muy puntuales», afirmó Xavier Porcuna, portavoz de la policía catalana, quien informó que siguen «investigando todo el sector de radicales y violentos que tenemos identificados y controlados en Barcelona» y dio por hecho que las dos agresiones fueron independientes entre si.
El Barcelona despedirá el año en el Camp Nou el sábado de la próxima semana frente al Córdoba y, de acuerdo con fuentes policiales, a pesar de ser un partido de riesgo mínimo existirá ya un control más exhaustivo en los alrededores el estadio, tanto antes del encuentro como a su finalización.
El portvoz policial adelantó la intención de estrechar la colaboración con el club azulgrana para plantear puntos de mejora en la vigilancia, «sobre todo en el control del destinatario final de las entradas porque eso es mejorable».
En ese aspecto, Porcuna explicó que está estudiando la viabilidad de implementar las entradas nominales. «Las localidades que se venden deberían ir asociadas a la identidad de las personas para garantizar que el portador final no sea una persona no deseada por su carácter violento», proclamó, siguiendo el ejemplo que comenzó a llevarse a cabo en el futbol italiano el año pasado.
Desde la directiva se mantiene que la firmeza contra los radicales es absoluta y que en el interior del Camp Nou se ha erradicado la presencia de ultras con antecedentes, advirtiéndose, sin embargo, que el club «no puede hacer nada» con los sucesos que ocurran en los alrededores del estadio.
Y dando cuenta que, muy probablemente, los agresores ni hubieran presenciado el partido del miércoles frente al PSG desde el graderío del campo. Una fuente del club rechazó que como se ha venido insinuando en los últimos tiempos los radicales hayan encontrado mayor permisividad de la directiva que sucedió a Laporta en la presidencia y desligó el proyecto fallido de una grada de animación con el regreso como tales de los ‘Boixos Nois’, a quienes el ex presidente desterró del estadio bajo su gestión.
DC – ESPN
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