Nicolás Maduro deshizo el lunes la medida de la eliminación de peajes que había implementado Hugo Chávez en 2008. El presidente dijo que la acción era necesaria para hacer más efectiva la “inversión concreta” y optimizar el mantenimiento de las vías, aunque no preciso de cuántos ni de cuáles peajes se trataba.
“Devolver los peajes a las gobernaciones es un poco perverso”, cree Celia Herrera, presidenta de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Transporte y Vialidad. Para la experta, el trabajo para las autoridades regionales será difícil, pues la decisión que acabó con 42 puntos de cobro en carreteras y autopistas desmanteló toda una estructura de servicios que ya existía y que se perdió por completo. “Les vas a devolver algo que no sirve o es inexistente. A menos de que el gobierno cree las condiciones y la infraestructura para la implementación de los peajes”.
La razón de ser de los peajes es recaudar fondos para el mantenimiento y la adecuación de la vialidad, garantizar la presencia de grúas, de servicios auxiliares, bomberos y protección civil en cada arteria vial, recuerda Herrera. “Lo que me preocupa es cómo le dirán a los transportistas que les van a cobrar un dinero que habían dejado de pagar hace años”.
La presidenta de Sotravial opina que una buena opción para rearmar las estructuras que se perdieron y reconstruir la fuerza de trabajo especializada sería manejar los peajes a través de concesiones.
Los peajes de La Guaira y Tazón fueron de los primeros en ser eliminados por Hugo Chávez en 2008, a los que siguieron los de la Autopista Regional del Centro y el del puente sobre el lago de Maracaibo. La lista final incluyó 42 puntos de pagos. “Siempre me ha parecido un abuso poner un peaje donde no hay alternativa porque es una carretera (…). Solo se justifican en una autopista y que tenga vías alternas”, dijo el para entonces primer mandatario nacional.
Herrera evalúa la centralización del mantenimiento vial que siguió a esa medida como contraproducente. “Es necesario delegar. Una buena gestión de gobierno supone confiar en las autoridades regionales”.
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