La primera gran noche del trío Messi-Neymar-Suárez permitió al Barça pasar como primero de grupo a los octavos de final de la Champions. Con un gol de cada una de sus estrellas mundiales solventaron los culés un partido que se puso feo de inicio, con un esquema experimental de Luis Enrique y un tanto tempranero de Ibrahimovic.
Luis Enrique tiró de libreta ante un morlaco como el PSG y a punto estuvo de tragarse las hojas. Línea de tres atrás, con Bartra, Piqué y Mathie. Mascherano, Busquets e Iniesta por dentro, Pedro y Neymar abiertos por fuera. Y Messi por detrás de Suárez jugando al escondite.
Al cuarto de hora, Lucas Moura colocó un pase al área desde la derecha entre las piernas de Mathieu. Matuidi recibió con Piqué en el cogote y dejó de cara para que Ibrahimovic engatillara a Ter Stegen a quemarropa. El gol de los franceses obligaba a la heroica rompiendo esquemas y tubos de ensayo.
Messi siempre al rescate
La zozobra duró cuatro minutos, hasta que Mascherano colgó un balón a la olla que persiguió con fe Luis Suárez para tocar como pudo hacia Messi, que fusiló en el segundo palo. Corría el minuto 19, pero fue un gol agónico.
Laurent Blanc se desesperaba en la banda oliéndose la oportunidad que estaba dejando escapar el PSG en el Camp Nou. Mejor posicionado en el campo y con las ideas más claras, los franceses se lanzaron a por el segundo ante un equipo difícilmente reconocible. Al filo de la media hora, Ibra abrió a la izquierda para Matuidi, que la tocó al primer palo para la llegada en tromba de Lucas Moura.
El brasileño lo estrepeó, como de costumbre, con una mala finalización tras un gran despliegue físico para llegar poderoso al remate. En el 31′, la defensa kamikaze de Luis Enrique volvió a hacer aguas al tirar el fuera de juego. Bartra se quedó enganchado, Ibrahimovic se coló por la derecha y desplazó hacia atrás para la llegada de Cavani, cuyo remate mordido atrapó Ter Stegen.
Golazo de videojuego de Neymar
El control del partido se le escapaba al Barça en mediocampo, con Iniesta perdido en mitad de un correcalles donde brillaban Moura y el poco valorado Matuidi, un tormento para Mathieu durante toda la noche. Cuanto más pegado a la cal peor lo pasa el francés.
El partido estaba para pactar un empate hasta el descanso cuando apareció de forma brillante Neymar, que encontró un pasillo ante Verratti y colocó el balón junto a un palo con el mejor remate de la noche. Un gol de videojuego que allanaba el camino de aquí a febrero para un Barça que va a tirones en busca de un porvenir.
El inicio de la segunda parte y el 2-1 en el marcador no cambió en exceso la percepción de que el Barça estaba sufriendo más de lo debido. En el 53′, Moura se coló por la derecha y se quedó sin remate claro ante Ter Stegen. El área se convirtió en un futbolín sin que ningún jugador del equipo galo acertase con la portería.
Suárez redondeó la noche del tridente
Demasiados sustos debió pensar Luis Enrique, que en el 67′ retiró a Pedro por Rakitic y plegó velas. Defensa de cuatro, con un Mascherano imponente en el centro de la defensa, tres en el medio y los tres de arriba en su sitio. Mientras que Luis Enrique reforzaba su equipo, Blanc lo debilitaba retirando a Verratti y Matuidi por Pastore y Lavezzi. Como colofón, Xavi entró en el 73′ por el desaparecido Iniesta para poner orden en el último tramo y ahorrar sobresaltos a los corazones culés.
Obra de Xavi fue el diseño de los planos en la jugada en la jugada del tercer gol. Suárez le devolvió casi desde el suelo, el capitán culé giró como un bailarín para abrir a la izquierda y Neymar soltó un disparo que Sirigu despejó al centro. Allí apareció Suárez, hambriento de goles y gloria, para hacer su primer gol en el Camp Nou y quitarse un peso de encima. La ecuación que planteó Luis Enrique se la resolvieron los de arriba. Los que casi siempre están cuando se les necesita.
Marca | DC