En una década, el fallecido fiscal Alberto Nisman pasó de ser bendecido por el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) a convertirse en un enemigo de su viuda y actual jefa de Estado argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
Néstor Kirchner, que murió de un paro cardiorrespiratorio en octubre de 2010, designó en 2004 a Nisman como fiscal especial en la estancada causa por el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires, que causó 85 muertos en 1994, aseguró DPA.
Sin embargo, el miércoles pasado, Nisman denunció a Fernández de Kirchner por encubrimiento del ataque a raíz de un acuerdo firmado entre el Gobierno argentino e Irán.
El fiscal se iba a presentar este lunes ante el Parlamento para exponer los detalles de la denuncia y dar explicaciones sobre el llamado a indagatoria que pidió para la mandataria, pero fue encontrado muerto el domingo en su departamento del exclusivo barrio porteño de Puerto Madero.
Nisman, de 51 años, estuvo casado hasta hace tres años y medio con la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, que se desempeñó en el Juzgado Federal en San Isidro. Con ella tuvo dos hijas que vivían con su madre, informó la prensa.
En su carrera judicial, adquirió experiencia como fiscal en los tribunales de la ciudad de Morón, en la provincia de Buenos Aires. Durante la época en que sus relaciones con el gobierno eran buenas incluso se lo llegó a mencionar como candidato a encabezar la Procuraduría General de la Nación.
«El fiscal se encontraba en la mira del servicio de inteligencia argentino», pero también de otros extranjeros como los de «Estados Unidos, Irán e Israel», señaló el diario La Nación.
En el marco de la causa de la AMIA, Nisman pidió en mayo de 2008 la detención del ex presidente Carlos Menem (1989-1999) y del exjuez Juan José Galeano.
Un cable de la diplomacia estadounidense que reveló WikiLeaks indicó que Nisman buscó entonces «congraciarse con la presidenta Fernández de Kirchner mediante la persecución de sus enemigos políticos».
En ese momento mantenía buena relación con los Kirchner. El quiebre se dio después, según la prensa sobre todo cuando el gobierno de Fernández de Kirchner firmó el acuerdo con Irán en 2013, del cual el fiscal no formó parte.
Nisman apoyó los pedidos para que el memorándum fuese declarado incontitucional y aprobó un dictamen de 500 páginas en el que acusaba a Irán de montar una red terrorista en América Latina.
En los últimos meses la prensa señaló que la presidenta quería remover al fiscal de su cargo, aunque nadie lo hizo público.
Según la denuncia hecha el miércoles pasado, Nisman consideraba que el acuerdo con Irán sólo buscaba encubrir la participación de altos cargos de ese país en el atentado de 1994, a cambio de beneficios como la venta de armas a la nación persa o el intercambio de petróleo por granos.
«Yo puedo salir muerto de esto», había declarado el fiscal hace unos pocos días en una entrevista con el diario local Clarín.
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