A pesar de los planes para controlar y paralizar la minería ilegal en la cuenca del río Caura, la actividad aurífera se incrementó exponencialmente en la región, así como aumentaron los atropellos y maltratos a indígenas Yek’wana y Sanema, denuncia la organización Kuyujani mediante un comunicado de prensa.
Las declaraciones son realizadas por la directiva de la organización de base comunitaria, que agrupa a los 53 pueblos indígenas que hacen vida en la cuenca; encabezada por su director general, Magdaleno Cortés.
La preocupación por la masificación en la depredación de la cuenca alta del Caura es impresionante: más de tres mil mineros trabajan con maquinaria de tierra y de agua en el río Yuruaní y su desembocadura en el Caura.
Asimismo, preocupa la proliferación de bares con menores de edad llevadas para la prostitución, así como drogas y licor que se venden libremente en la zona minera. “No nos explicamos cómo todo eso llega sin ser detenido por los cuatro puestos de control del Ejército Bolivariano distribuidos a lo largo del río Caura, única forma de acceso a la parte alta”, expresó el director de Kuyujani.
El líder indígena explica que la situación se ha convertido en un asunto público, pero al parecer las autoridades y los cuerpos de inteligencia del Estado no han podido detectarlos.
El llamado que la organización Kuyujani hace nuevamente al presidente Nicolás Maduro es para que envíe una comisión de alto nivel de Caracas, que sea incorruptible y que quiera detener el ecocidio que ocurre en el Caura, así como detener el atropello y la humillación que viven las comunidades indígenas de la región por parte de los militares en la zona.
“Los militares en lugar de brindar, ofrecer y garantizar la seguridad, la tranquilidad y la paz a los indígenas, dentro y fuera de sus tierras, han hecho y hacen todo lo contrario: crear un clima de terror, miedo, zozobra en los indígenas cuando transitan por los ríos o cuando llegan a los poblados rurales como Maripa, ya que son sometidos a diario a vejámenes y humillaciones.
En la mayoría de los casos los militares en su manera de proceder en las requisas muestran tratos y conductas discriminatorias y menosprecio hacia los indígenas”, declara Cortés.
DC | vía CC
Foto: cortesía Acoana